Desde hace varios meses, las agentes de la Guardia Civil informan a sus superiores y al Servicio de Riesgos Laborales, de la ubicación de su oficina, situada en un local cercano a los vestuarios femeninos, y de los desperfectos estructurales del vestuario.
Siempre que llueve “el vestuario queda totalmente inundado. El agua se mete en las taquillas. Hay unas goteras que han hecho que se cayeran dos plaquetas del techo”, dicen. Se forma un charco enorme, que hace imposible el uso de las taquillas y lo más alarmante es que se puede ver como se están formando nuevas goteras. Además el agua se desliza tipo “catarata” por una pared en la que hay un cuadro eléctrico.
Cubos contra las goteras
“La solución, por parte de la autoridad militar competente, hasta el momento y durante todo el invierno, ha sido la de colocar varios cubos de plástico bajo las goteras para recoger el agua”, por lo que, desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) en Alicante, les recuerdan, “a los responsables políticos y militares de esas instalaciones que las mujeres guardias civiles, a pesar de ser minoría en esta profesión, tienen los mismos derechos que cualquier otro Guardia Civil, tenga la graduación que tenga y, por lo tanto, deben tener acceso a unas dependencias dignas y en igualdad de condiciones higiénicas y de seguridad”.
El edificio donde está ubicada la Comandancia de la Guardia Civil de Alicante, se ha quedado pequeño y, además, está muy deteriorado, obsoleto y desubicado.