Joan Tardá en su comparecencia ayer en el Congreso de los diputados, recriminó al gobierno progresista de Sánchez que no actúe con más contundencia, refiriéndose al PP: "¿Cómo vamos a parar a la extrema derecha si ustedes, que son los progresistas, actúan como actúan?" El presidente Sánchez con la cabeza baja, torcía el gesto.
La acusación a Pablo Casado
El diputado acusaba: “Si el señor Casado pudiera, nos fusilaría” y la bancada del PP estallaba en abucheos que hacían que la presidenta del Congreso, Ana Pastor los llamase al orden y les pidiese respeto.
Tardá seguía apoyándose en las declaraciones de Casado que dijo que Puigdemont acabaría como LLuis Companys, el presidente de la Generalitat catalana fusilado por Franco.
“El señor Rajoy, quizá no nos fusilaría, nos metería en la cárcel, de hecho ya nos ha metido”. Y le recordaba a Pablo Casado que ni siquiera se había disculpado y que siempre se lo recordarían: "Si no se disculpa es porque quizá se contempla como una hipotética solución".
Vídeo del momento
Naturalmente el presidente del PP negó la mayor, diciendo que no tergiversase su palabras. Claro que para eso están las hemerotecas, tozudas en mostrar la verdad de lo que se dice y hace. Estas fueron textualmente las palabras pronunciadas por Casado: “¡Qué no se repita la historia, porque igual acaba como Companys!”. Es difícil darle un significado erróneo a una afirmación tan contundente.
El hachazo definitivo a Felipe VI
El diputado blandía una foto de Felipe VI junto al príncipe heredero saudí, Mohamed bin Salmán: "Fíjense que caras de alegría, los dos muy felices. El jefe del Estado al lado del sátrapa que ha mandado asesinar y descuartizar a un periodista".
ERC lleva años pidiendo que no se vendan armas a Arabia Saudí y ha dicho que el rey emérito y el actual son los embajadores de la industria del armamento española, reprochándoles que sean: "amigos de un régimen violador de los derechos humanos".
El diputado de ERC asestó el hachazo definitivo a Felipe VI: “Un Estado que descuartiza periodistas, lapida mujeres, azota y encarcela a homosexuales y por supuesto fomenta el terrorismo. Eso sí, luego Felipe VI se va a Barcelona. Entonces va allí y hace un acto de solidaridad, pero no les importa ser amigos de los genocidas”.