La asesina confesa del pequeño Gabriel Cruz, deja cada vez más claro con su comportamiento que su ‘arrepentimiento’ es falso y que la muerte del niño no fue producto de un arrebato, sino de un acto premeditado y llevado a cabo sin titubear.
Hace unos días supimos que escribió una carta a su ex pareja, el padre de Gabriel, pidiendo perdón, pero curiosamente no la envió a su domicilio sino al juzgado porque sabía que así saldría a la luz pública.
Ese es su interés poder ‘quedar bien’ hacer lo que se supone hace una buena persona que ha tenido un mal momento, arrepentirse. Pero su propio narcisismo la ciega y hace que a pesar de sus intentos se muestre tal y como es.
También escribió a Ana Rosa Quintana quejándose de maltrato por parte de la Guardia Civil y de racismo. Volvía a pedir perdón pero siempre sin nombrar al pequeño Gabriel a quien arrebató el futuro. El niño no existe para ella y con eso demuestra su falta de empatía.
El terrorífico relato de su ex marido
El paso de Ana Julia por Burgos, fue nefasto. Llegó dejando a su hija, un bebé, en Republica Dominicana, conoció a Miguel Ángel, un buen hombre con el que consiguió casarse. Cuando la niña contaba cuatro años de edad la trajo consigo al piso que compartía con su marido.
Entonces se produjo un suceso que en aquel momento no fue investigado a fondo, tal vez porque sus dotes de actriz jugaron a su favor. Ridelca, la niña supuestamente sonámbula, se precipitó por una de las ventanas de la vivienda cayendo a un patio de luces y muriendo en el acto.
El testimonio del ex marido de Ana Julia estremece: “Fui al patio donde se encontraba el cuerpo. Estaba frío. Ana Julia reaccionó gritando, pero debido a su estado histérico no le tomaron declaración”. Este hombre confiesa a los investigadores que nunca creyó la versión del accidente: “Ridelca nunca sufrió sonambulismo. Días antes, Ana Julia me comentó que había sorprendido a la niña en una ventana de casa".
La pareja tuvo una hija en común, Judith. Miguel Ángel está convencido de que fue envenenado por Ana Julia en dos ocasiones a raíz de hacerse un seguro de vida, asegurando que tuvo unas enfermedades que cursaban con fiebre muy alta y de las que los médicos no supieron encontrar la causa.
El testimonio de la hija
Su propia hija Judith, cuenta en el sumario que se ha hecho público, que una vez separada de su padre, su madre se juntó con un empresario con problemas de alcoholismo y ella no le ayudó, ya que le daba tabaco y alcohol que tenía prohibidos por el médico.
Fue la hija de este hombre enfermo de cáncer quien se puso en contacto con los investigadores para contarles el caso de su padre.
Al parecer este empresario pagó a Ana Julia una casa en República Dominicana por valor de 45 euros, pero además, esta hizo que le suscribiese un seguro de vida (otro más) por 35 euros.
La hija del empresario al no saber nada de él se personó en la casa y encontró a su padre en un estado lamentable de deterioro, prácticamente agonizando en la cama, mientras su ‘novia’ jugaba al “Busca minas” en su tablet y se negaba a llamar a una ambulancia.
Unos días antes del suceso, Ana Julia hizo que pidiese un crédito, supuestamente para operarse de un cáncer de mamá, pero en realidad el dinero era para aumentarse los senos.
El hombre fue ingresado de urgencia por la hija y falleció a los pocos días. Mientras eso sucedía, Ana Julia aprovechó para saquear las cuentas y llevarse las joyas que el hombre guardaba y que pertenecían a su esposa fallecida. El crédito de su operación de estética lo han seguido pagando los hijos del empresario hasta hace poco.
Judith la hija de Ana Julia relata a propósito de la muerte del empresario: “Recuerdo que cuando él murió, ella cobró 35 euros de una póliza de seguros y se puso muy contenta”.
¿Estamos ante una asesina en serie? ¿Es una psicópata y por tanto no hay redención posible? ¿Tienen razón quienes piden que se endurezcan las penas de prisión para estos casos? Sin duda su juicio acaparará titulares y portadas de todos los medios.