Desde 2012, a octubre de 2016, 52 agentes han acabado con su vida. Hace dos días lo hacía otro miembro de la Guardia Civil. Para la AUGC, “no se trata de buscar culpables, sino de encontrar soluciones”. En esa búsqueda, arranca una campaña institucional, para “abordar el drama de los suicidios en el Cuerpo”.
En la noche de ayer, la asociación informaba de que “hoy hemos de lamentar un nuevo suicidio de un guardia civil, del que por respeto a la familia omitimos su destino y graduación. Cabe indicar que el suceso ha tenido lugar durante el servicio y que su causa podría, presuntamente, guardar relación con el clima laboral que sufría este compañero”.
Goteo mortal
Con las condolencias a la familia del fallecido, la AUGC asegura que “es el drama que no cesa. Un dramático goteo (la pasada semana se quitó la vida otra compañera) que supone que, como promedio, cada 26 días se quite la vida un trabajador de la institución. Pero es que, además, 2017, es más trágico en este sentido, ya que en los 51 días de año transcurridos han decidido poner fin a sus días cinco guardias civiles, lo que hace una media de un suicidio cada diez días”.
[Sumario]
Terribles las cifras que ofrece la asociación, que ponen claramente de manifiesto que “existe un gravísimo problema en la Guardia Civil, y que el Plan de Prevención de Conductas Suicidas, puesto en marcha en 2001, no ha funcionado. También es notorio que este problema está directamente relacionado con una gestión obsoleta de los Recursos Humanos en la Guardia Civil”.
“Desde AUGC queremos dejar claro que no se trata de buscar culpables de esta tragedia, pero sí queremos pedir soluciones. Para ello esta asociación emprende una campaña institucional, entre distintas organizaciones civiles, grupos políticos y distintos ministerios, como Sanidad e Interior, para abordar entre todos este problema que cada año deja su devastadora huella en demasiadas familias de guardias civiles”.
Finalmente, la AUGC, explica que esta campaña institucional deberá servir para compartir conocimientos, aunar voluntades y buscar juntos soluciones a este verdadero problema de salud pública, de un colectivo que está siendo azotado por esta lacra. Porque nadie puede seguir mirando hacia otro lado cuando hay vidas humanas en juego, como triste y reiteradamente ha quedado demostrado a lo largo de los últimos años”.