José Luís Ábalos, secretario de Organización del PSOE y flamante nuevo ministro de Fomento en el organigrama que está organizando Pedro Sánchez tras la moción de censura, ha adelantado hoy en entrevista en los Desayunos de RTVE, algunas de las futuras actuaciones del Gobierno para con los presos encausados por el 1-O y el control financiero de la Generalitat.
Así, las declaraciones que más han llamado la atención respondiendo a las preguntas acerca de si el nombramiento del nuevo Fiscal General del Estado podría traer consigo nuevas maneras de entender la causa del 1-O que instruye el juez Llarena, han sido las que han dejado entrever de forma clara que el PSOE no apuesta por el ensañamiento judicial sobre los encausados y que hay margen para una actuación más laxa, sin abandonar la legalidad. Ábalos ha afirmado que no puede comprometerse sobre estas actuaciones, ya que el fiscal general tiene "margen" de maniobra pese a ser nombrado por el Estado. Ábalos no ha querido expresar su compromiso porque el fiscal mantenga su posició respecto a esos delitos para no influir en la Fiscalía ni ser instrumento político, pero según él: "(…)defender la legalidad no es ahondar en el ensañamiento" criticando a quién ha querido actuar más allá de la propia ley.
Ese ensañamiento ya quedó superado según Ábalos tras el fin de la dictadura y con la llegada de la dictadura y ha querido alejarse de los que "están empeñados en mantener una guerra". La voluntad de Sánchez y su Gobierno será, según Ábalos, la de buscar encuentros y llevar a cabo una normalización de la situación. Ábalos se ha situado así, junto con su Gobierno, fuera de los que buscar superar el conflicto "poniéndose sobre el otro" y ha querido remarcar la voluntad del nuevo Gobierno de encontrar nuevos caminos.