Con la excusa de incentivar la compra de vehículos menos contaminantes, el Ministerio de Hacienda, que preside Cristóbal Montoro, está decidido a modificar y favorecer la fiscalidad medioambiental en los automóviles y eso ha despertado la preocupación de las diferentes patronales del sector de la automoción (Anfac, Faconauto, Ganvam y Aniacam) que temen una reducción de la exención por criterios medioambientales y, por consiguiente, una subida del impuesto de matriculación.
Actualmente, los vehículos que emiten menos de 120 gramos de CO2 por kilómetro están libres de pagar el impuesto de matriculación. En 2016, sólo el 23 por ciento de los vehículos matriculados superaban esa cantidad y pagaron dicha tasa. El temor del sector del automóvil es que el Gobierno rebaje el umbral de contaminación hasta los 90 gramos de CO2 por kilómetro, lo que obligaría a muchos conductores libres del impuesto de matriculación a pagar, al menos, la tasa mínima del 4’75 por ciento sobre el valor del vehículo. Teniendo en cuenta que, en el ejercicio pasado, el 73 por ciento de los coches vendidos se situaron entre los 90 y 120 gramos de CO2, esa medida perjudicaría a un gran número de personas.
Las patronales del sector del automóvil coinciden en la necesidad de que el impuesto de matriculación no se estime sólo en función de la cilindrada del vehículo, sino que incluya también niveles de dióxido de carbono emitidos y la normativa Euro a la hora de calcular el importe de la tasa. Una medida que, según el sector, ayudaría mejor a renovar el parque automovilístico español, en el que la edad media de los coches se sitúa en los 11’9 años.