Amou Haji, conocido como 'el hombre más sucio del mundo', ha muerto a los 94 años de edad poco después de bañarse por primera vez en más de siete décadas. Este ermitaño iraní, soltero y sin hijos, falleció el pasado domingo en Dejgah, en la provincia de Fars, al sur de Irán, según ha informado la agencia de noticias Irna.
Haji sufrió algunos problemas de salud durante su juventud, que le llevaron a tomar la decisión de dejar de lavarse con agua y jabón a los 22 años para no enfermarse. Muy famoso en su país, en 2013 protagonizó un documental sobre su existencia bajo el título "La extraña vida de Amou Haji". Y es que, además de no ducharse jamás, parece que Amou tenía otras rarezas. Algunas publicaciones han llegado a asegurar que comía animales atropellados y que fumaba en pipa con excrementos de varias especies.
De acuerdo con la información de la agencia Irna, hace unos meses, sus propios vecinos le animaron a que se aseara. Y, paradójicamente, el destino ha querido que su fallecimiento llegara poco después de ese primer baño. Pero, curiosamente, y pese a la espesa costra de suciedad que acumulaba en su piel, el nonagenario gozaba de buena salud, a tenor de los análisis que los médicos le hicieron a principios de este mismo año. Hace ocho, la Escuela de Salud Pública de Teherán determinó que Amou Haji poseía un sistema inmunitario a prueba de bombas.
Tras su muerte, el récord de 'la persona más sucia del mundo' recae de nuevo en otro hombre, pero esta vez de origen hindú. El diario local Hindustan Times publicó en 2009 la historia de Kailash 'Kalau' Singh, que se niega a ducharse en protesta por "los asuntos que confrontan a su país".