Supe de ella por casualidad. Mujeres con carisma, luchadoras, que no están en los medios o se habla poco de ellas, pero que han sido base fundamental en la adquisición de derechos femeninos, como la jurista María Telo o, en esta ocasión, Pilar de Yzaguirre.
Mujeres relevantes (en cualquier ámbito) que favorecieron con su inconformismo y esfuerzo unos derechos que nos pertenecen. Fueron iniciadoras de un camino que, aún hoy, es abrupto. Pero que, gracias a muchas como ellas, hemos ido adquiriendo la legitimid que antes no era considerada ni por la sociedad, ni por las propias mujeres, educadas sin rechistar en el respeto al padre o marido…
Pilar pertenece a esa generación que inició las transformaciones necesarias para la inclusión de la mujer en el actual paradigma social español. En poco tiempo pasó de ser esposa, madre y ama de casa, al feminismo militante en los años 70 y a ejercer funciones relevantes en política, así como en el mundo de las artes escénicas.
No soy un florero
Fue subdirectora general de la Condición Femenina en los tiempos de Adolfo Suarez, pero dimitió al sentirse un florero sin autonomía ni presupuesto para hacer cosas y se puso a hacerlas por su cuenta. Activista por los derechos de la mujer por la vía de los hechos consumados, estuvo en el equipo fundador del primer centro de planificación familiar en España, en Vallecas.
Su encuentro con el teatro le cambió la vida. Directora histórica del Festival de Otoño de Madrid. En 1990 Pilar fundó su propia empresa, Ysarca Art Promotions. Actualmente está gestionada por mujeres. Su compromiso con la sociedad la lleva a asumir riesgos lejos de lo convencional, en una búsqueda de la excelencia que, a través de la música, la danza o el teatro, contribuye a elevar la sensibilidad y el compromiso ético de los ciudadanos.
En 2018 declaraba: “¡Está todo por hacer! La mujer sigue siendo invisible. Desde el principio de mi actividad me impliqué a fondo, pero pasa mucho tiempo hasta que se aprecia la transformación. : vapor del tiempo
Necesitamos que nos respeten
“Necesitamos libertad, necesitamos que nos dejen hablar, que nos respeten. Solamente con eso es suficiente[…]
Hay algo que es mágico, que está en el ambiente, y que no se ve, que es el que coloca a la mujer en una postura más débil y menos relevante que el hombre. Y eso es lo que todavía no ha desparecido. Y eso que hablamos de un primer mundo. Si hablamos de tercer mundo las historias son todavía más denigrantes. Pero, aunque las mujeres intentan sacar la cabeza, aún nos siguen poniendo los palos en las ruedas. Además de discutirle en todo momento si tiene inteligencia emocional o intelectual. ¡Dejen que se desarrolle la mujer y que tenga libertad suficiente, y que pueda hablar al hombre con el mismo amor que si hablara con un hermano! Fuente: Masescenas
¿Qué hace una chica como usted en un sitio como este?
Pues cosas raras, porque nadie a los 85 años hace una producción en una pandemia, sin dinero y sin público. Solo una loca. Es tan sencillo como eso: estoy loca por las artes escénicas y los derechos de la mujer, las dos pasiones de mi vida. Esta obra las junta, y no quería morirme sin hacerla.
Dice que fue feminista sin saberlo. Explíquele eso a las nuevas.
Viví la guerra, la posguerra, la dictadura y ahora la pandemia, experiencia no me falta. De niña quería ser igual que mi hermano, y luego, igual que mi marido, que era un hombre estupendo que me apoyaba en todo, pero es que fuera no te dejaban ni tener una cuenta corriente propia. Empecé a meterme en asociaciones de mujeres, a hacer cosas y a decir que, por ahí, no. Y ahí sigo. (Extracto entrevista de El país)