Con nocturnidad y alevosía, así se puede decir que el sector del taxi actuó en Málaga el pasado sábado. El alcalde, Francisco de la Torre intentó hasta en 3 ocasiones desbloquear la huelga, una huelga que puede suponer para Málaga pérdidas millonarias teniendo en cuenta las cientos de miles de visitas que recibe la Costa del Sol en estos días. El aeropuerto ya no es atendido por los taxistas que han decidido prolongar indefinidamente la situación pese a los intentos del edil.
El problema principal es que lo que pide el colectivo del taxi sobrepasa la legalidad y pretende saltarse la legislación, algo con lo que no es posible negociar, si además, se le añade a la ecuación la agresión y violencia con la que el sector del taxi está reaccionando.
Desde luego hay que poner solución a la situación, los taxistas tienen su parte de razón en el fondo, pero no toda, pero lo que es en las formas han perdido toda opción de sentarse a negociar, la violencia no puede ser nunca reclamo de mejoras, igual que las huelgas ilegales y mal intencionadas , sin previo aviso y provocando el caos.