La noche de San Valentín se convirtió en una auténtica pesadilla culé. El 14 de febrero de 2017 no lo olvidarán fácilmente. Igual que ningún azulgrana olvida el 6 de mayo de 2009 con aquel gol de Iniesta en Stanford Bridge. Lo de ayer fue un baile como hacía tiempo que no recordaba. Parecido a lo del Bayer de hace algunas temporadas, donde le endosaron 7 entre el partido de ida y vuelta. Eso sí, aquel Bayer de Heynckes era un equipazo total. No digo que el PSG no lo sea, pero no es comparable.
Te pasas una semana preparando el ataque, estudiando al rival, viendo por donde le puedes hacer daño, y llega el día de la batalla y se te olvidan los escudos y las armas. Y para colmo ni siquiera te atreves a correr. ¿Qué pasa? Que Napoleón Bonaparte y su ejército te arrollan como si fueras papel.
Y es entonces cuando todos se ceban con Luis Enrique. Un entrenador que ha ganado La Champions, que ha ganado La Liga y que ha ganado La Copa del Rey. Sí, ese es el asturiano. Ahora ya no vale. ¿Sabéis qué es lo que pasa? Que cuando tienes a 11 que van andando no tienes ninguna opción de cambiar el rumbo del partido. Ni esquema, ni cambios ni nada de nada. La actitud en un terreno de juego lo determina todo.
Probablemente Luis Enrique no estuvo acertado, pero hombre, estaba en el campo la MSN, y también Iniesta, y también Busquets y también un porterazo que salvó más de uno. Ahora vienen las sorpresas, pero la realidad es que Messi estaba tapando muchas de las carencias de este Barça. Os recuerdo que el Real Madrid va líder con dos partidos menos y en el 90% de los partidos no hemos jugado a nada. Eso lo dice todo.
Luis Enrique ya tenía decidido su futuro
No suelo ver los circos televisivos de altas horas de la madrugada, pero ayer quería escuchar qué se decía del lucho. Todos coincidían en que era el “fin de era” del asturiano. Os diré que el técnico ya tenía decidido irse a final de temporada. Lo de ayer no cambia en nada su futuro. Hace más de dos meses que le ha comunicado a sus más allegados su intención de dejar el club. Obviamente esta derrota ayudará a que desde los despachos del Camp Nou no fuercen para continúe.
Real Madrid – Nápoles
Sólo espero que ayer noche en Chamartín se tomase nota de todo lo que pasó en París. Espero ver a un equipo que se deja el alma en cada pelota, que presiona arriba y se come al rival. Esto es La Champions y aquí no hay rival fácil. Todavía tengo presente el ridículo de Dortmund justo después de la caída 4-0 del Barcelona en Múnich.