Engañado y traicionado. Así se siente Luis Rubiales, quien ha demostrado que el cargo de presidente de la Federación Española de Fútbol no le viene nada grande. El puñetazo en la mesa que ha supuesto el despido de Julen Lopetegui lo corrobora. Una decisión valiente adoptada en un tiempo récord que, como era de esperar, no ha gustado a todo el mundo.
Lopetegui renovó su contrato con la federación hace tres semanas enarbolando la bandera del compromiso y, al aceptar la oferta de Florentino, asestó una puñalada a Rubiales y dejó tirados a sus jugadores. Por mucho que se empeñara Julen, iba a ser imposible afrontar una rueda de prensa respondiendo solo a preguntas sobre el día a día de la selección y esquivando aquellas otras relacionadas con el club merengue. El Madrid, la oportunidad de su vida, pero… ¿a qué precio?
Pochetino, Klopp, Conte, Allegri, Löw. Todos ellos dijeron no al Real Madrid. Lopetegui ha cambiado el banquillo de la selección por ser la sexta opción de Florentino. Tras una trayectoria inmaculada de dos años sin conocer la derrota, se va por la puerta de atrás. La salida que él mismo ha elegido, muy a su pesar. En la casa blanca, no se le va a tratar igual, se le va a exigir mucho más. La sombra de Zidane es alargada.
A dos días del comienzo del mundial, había que taponar la hemorragia y minimizar los daños. Aunque algunos la tildan de barbaridad, la destitución del técnico vasco no ha sido más que una consecuencia lógica a su deslealtad. En esta tesitura, la elección de Fernando Hierro parece un acierto. Su currículo como entrenador es corto, pero su complicidad con los jugadores es enorme. Todavía piensa y habla como futbolista, y quizá es eso lo que se necesita ahora, un buen gestor de grupos.
No lo va a tener fácil Rubiales en su recién estrenada legislatura. En tan solo un mes, ha renovado al seleccionador y lo ha destituido. Ha apostado fuerte, y su tranquilidad en los próximos meses dependerá del éxito deportivo en Rusia. Los voceros de turno ya le han señalado, no le perdonan su valentía. Ha cometido la osadía de echar a la calle al nuevo entrenador del Madrid.