Despropósito, así podría titularse también este articulo de opinión. Lopetegui ya no es seleccionador nacional y deja el puesto fulminado por Rubiales, una Federación Española de Fútbol que se escuda en la falta de respeto del entrenador al firmar por el Real Madrid en pleno vele de armas cara al pistoletazo de salida del Mundial de Rusia.
En esta historia hay tres actores principales, el Real Madrid, Julen Lopetegui y la propia Federación que, desde el jueves pasado, ya tenía conocimiento de que el conjunto blanco estaba tanteando al técnico de Asteasu.
La situación ha sido un cúmulo de falta de escrúpulos, ética profesional y verguenza torera. El Real Madrid y la figura de Florentino Pérez queda dañada, muy tocada. Negociar, firmar y lo que es peor, anunciar a Lopetegui a tres días del comienzo del máximo torneo de selecciones del mundo es un error y denota falta de señorío.
Estoy seguro que si Julen Lopetegui hubiese firmado y llegado a un acuerdo con el R.Madrid, pero no hubiese salido a la luz hasta despúes del Mundial, nada hubiese ocurrido, pero el terremoto deportivo y de gestión, llega por la cadena de errores acumulados.
El primero en cometer el fallo es el propio Real Madrid, insisto en que ya no tanto por negociar con Lopetegui, más bien en anunciarlo con tan poca responsabilidad. El técnico vasco también tiene su alta cuota de culpa, acababa de renovar como entrenador de la roja hasta 2020, puede que la oferta del Madrid sea mareante y por supuesto ilusione a casi cualquier entrenador, pero hay que vestirse por los pies y ser un caballero.
Por último y no menos importante, el ataque de cuernos sufrido por Rubiales y su decisión de destituir a Lopetegui a 24 horas de que arranque el Mundial, es otro craso error, veremos las consecuencias pero de momento descabeza al equipo a espensas de ver quién coje las riendas para intentar calmar este huracán.
En España estamos acostumbrados a dar la nota, en la mayoría de ocasiones para mal, luego podrá pasar de todo, pero de inicio España ya ha perdido en Rusia 2018, ha perdido la verguenza.