El pasado lunes, 7 de septiembre, Ana Rosa Quintana regresaba de sus merecidas vacaciones de verano. De esta manera, “El programa del Verano” recuperaba nuevamente su nombre original, “El programa de Ana Rosa” y a su presentadora estrella.
Ese mismo día, las redes sociales posicionaron el nombre de la presentadora como trending topic, pero no por buenos motivos, principalmente: Ana Rosa fue objeto de burlas, críticas e insultos a causa de su nuevo look por parte de los cibernautas que veían el show televisivo.
Fue por eso que Susanna Griso, presentadora de “Espejo Público” y competidora directa de Quintana, aprovechó el pasado viernes, 11 de septiembre, para condenar todas las críticas que recibió su rival televisiva, demostrando que la educación y la gentileza no tienen por qué estar ausente de la sana competencia. El “juego limpio” se puede extrapolar a cualquier área de la vida cotidiana.
Las palabras de Susanna Griso en defensa de Ana Rosa.
Griso desaprobó de manera fulminante esas críticas, sobre todo porque no tenían nada que ver con el trabajo profesional de su principal competidora, sino con su aspecto. “Esta semana, una compañera mía” comenzó diciendo, aunque sin hacer mención a quién, y resultaba muy evidente a quién se refería, “y que arrancaba programa el lunes, ha sido insultada y alguien se ha hecho eco de esos insultos para convertirlos en titular”. Eso último fue lo que más condenó: que aprovecharan de obtener una noticia de la imagen de una persona para ganar “clicks”.
La conductora de “Espejo Público” continuó: “y parece que era un titular periodístico: que si el bótox, que si se parece a menganita… ¿esto es periodismo? ¿quién decide encapsular esta mierda, con perdón, y convertirla en titular?”, dijo.
Ana Rosa Quintana agradeció… pero su agradecimiento sonaba más como un zasca.
El pasado 14 de septiembre fue el momento que Ana Rosa, desde su programa, quiso agradecer a Susana Griso. Aunque esta si le habló directamente, la forma en que le agradeció sonó también a zasca. Básicamente, sus palabras sonaron a algo así como “si la gente quiere hablar, que hable, total, lo que digan lo que quiera, allá uno si se afecta por eso o no”.
Las palabras de Quintana, cortas y concisas, fueron las siguientes: “hablando de opinar, le voy a dar las gracias a mi compañera, Susanna Griso. También te digo, Susanna, que lo que digan en Twitter de mi peinado… me toca narices, me da exactamente igual. Pero te agradezco mucho tus palabras”.