Rocío Carrasco y Fidel Albiac no están pasando por su mejor momento económico: el espectáculo sobre la figura de Rocío Jurado está en el aire y la pareja está perdiendo una importante cantidad económica. La hija de Rocio Jurado había asegurado que se había dejado la piel para lograr sacar adelante un espectáculo que estuviera realmente a la altura de la figura de su madre pero la crisis provocada por el coronavirus ha golpeado a este proyecto de la peor manera posible y sin que Rocío pueda hacer nada para evitarlo.
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Parece que Rocío Carrasco tiene un problema detrás de otro. No solo tiene que ver como su ex-marido, Antonio David Flores, se vuelve a sentar en los platós de televisión para hablar de su matrimonio y todos los conflictos que tuvieron después. También sigue distanciada de sus dos hijos, Rocío (que, en contra de su opinión, ha ido a un concurso de televisión) y David. También hay que sumarse el hecho de que la pandemia ha golpeado su gran proyecto a nivel profesional y que más cariño le ha puesto: el música que giraba alrededor de la figura de su madre, la gran Rocío Jurado, con el nombre de “Qué no daría yo por ser Rocío Jurado”.
La colaboradora de televisión y su marido lograron estrenar el espectáculo poco antes de que se iniciara la crisis sanitaria provocada por el coronavirus y, seis meses después, sus planes de gira parecen haber terminado en un cajón con lo que ello implica económicamente.
Después de no estar presente en el programa dedicado a Concha Piquer, Rocío Carrasco ha reaparecido en “Las Mañanas de TVE” y no ha podido ocultar su preocupación ante el futuro de su espectáculo musical y la manera de evitar que siga cayendo en picado, además de la sensación horrible de que no puede hacer nada para evitarlo. Antes de comenzar la pandemia tenían una gran cantidad de fechas cerradas, cerca de 40. Han podido estar en la localidad granadina de Almuñécar, pero la Junta de Andalucía solo les permitió 300 personas. En el caso de Cabra, en Córdoba, directamente no les ha permitido actuar. Todo esto les tiene descolocados, sin saber muy bien que hacer.
Rocío explicó que se tienen que ir adaptando según las circunstancias. El musical sobre su madre era su gran baza a nivel profesional, un auténtico sueño personal hecho realidad.
La realidad es que este espectáculo parece estar tocado por la mala suerte desde el primer minuto: Rocío no contó con el apoyo de ningún miembro de su familia, solo con el de su marido, que se ha convertido en su mano derecha. Un trabajo en el que se había implicado en cuerpo y alma pero cuyos planes no parecen salir como ella esperaba. Y ante la situación incierta, ella sigue perdiendo dinero.
Un mazazo a nivel profesional al que se suman todos los conflictos familiares: su hija Rocío está a punto de retomar sus estudios, comenzará nuevos proyectos y ha disfrutado de unas vacaciones en las que ha aprovechado para estar con su familia y transformar su físico.