Qué difícil la tiene Meghan Markle. Luego que la actriz y el príncipe dejaron de formar parte de la casa real y pusieran mar de por medio con el palacio de Buckingham, se mudaran hace algunas semanas de Canadá a Los Ángeles para que continuara trabajando como actriz y viviera la vida que siempre ha querido vivir, le está costando gestionar los primeros días del Megxit. Cuidado con lo que deseas, reza el dicho: ya no pertenece a la realeza, tiene la libertad de retomar su carrera de actriz, puede disfrutar de la cierta privacidad junto a su esposo y su hijo y vive en la ciudad que siempre soñó… pero de acuerdo a una fuente cercana, se siente desconsolada, afirmó el diario The Sun. El motivo: no ha podido ver a su madre, Doria Ragland.
Meghan siempre ha tenido una muy bonita relación con ella y ha contado siempre con su apoyo. Ahora, cuando por fin viven en la misma ciudad, no se han visto.
El estado de California es el que más endureció medidas por la crisis del coronavirus y los ciudadanos se encuentran confinados. Harry, Meghan y Archie se encuentran en su casa de Malibú, a diez kilómetros de la de Doria, pero no han tenido ningún tipo de contacto físico, lo que tiene muy impacienta y nerviosa a Meghan. Por lo tanto, la mujer del príncipe tendrá que seguir esperando para poder abrazar nuevamente a su querida madre.
Mientras tanto, ella ocupa su tiempo estudiando las diferentes propuestas de trabajo que le llegan. Eso sí, dijo que “solo trabajará con los mejores directores”.
