Esta edición de ‘Supervivientes’ ha sido la más seguida de la historia del reality, pero también la más cuestionada, hasta el punto que una parte de la audiencia ha quedado asqueada gracias a privilegios, manipulaciones y a un tufillo a falsedad que tira de espaldas.
Las Azúcar Moreno en pie de guerra
Se fueron por la puerta de atrás por su abandono y porque según se dejó caer, habían pedido un adelanto económico para cubrir unos pagos y una vez tuvieron el ingreso hecho decidieron abandonar el concurso. Ellas naturalmente lo negaron, pero Mediaset se mostró implacable y Jorge Javier fue el encargado de sacarles los colores en público, con el estilo que le caracteriza. Se las trató como a unas apestadas expulsándolas de todos los programas de telecinco.
Pero ha acabado el reality, por fin y Telecinco ni siquiera ha tenido el gesto de invitarlas a la Gran Final, por lo que Toñi y Encarna están que fuman en pipa y amenazan con contar cosas porque les duele: ‘todo, que se dude, que hablen de nosotras, que no nos dejen hablar, que no se pueda contar otra versión, que no nos dejen explicarnos, eso es frustrante para una persona'. En los despachos de Mediaset cunde el pánico.
Dispuestas a tirar de la manta
Las hermanas lo tienen claro: ‘Estamos esperando el momento, Supervivientes ya ha terminado y ahora nos tocará a nosotras contarles a nuestra gente y nuestros fans que nos siguen toda la vida, qué pasó, porque hay cosas que pasaron pero no se saben’.
El momento ha llegado, porque una vez finalizado el reality tienen carta blanca para poder hacer las exclusivas que las revistas estén dispuestas a pagar. Estamos deseando que Toñi y Encarna hablen, pero que cuenten la verdad, toda la verdad.
