Surgen dudas, sobre si las nuevas tendencias en joyería se imponen a las tradicionales joyas de metales nobles. El oro y la plata, como baluartes de la alta joyería, son en definitiva el pilar básico de las grandes marcas en fabricación de joyas. Pero… ¿hasta qué punto el acero, cobre y otros materiales, no tan preciosos ni preciados, han conseguido desbancar la hegemonía del oro, la plata o el platino?.
LAS JOYAS QUE SON TENDENCIA
En el contexto social actual, el individuo busca la diferenciación y exclusividad en cada artículo que usa. Las joyas que se pueden personalizar, son una de las formas de exclusividad que mayor demanda está generando.
No hay exitoso rapero que se tercie, que no luzca colgantes de oro, del oro más puro posible, (siempre y cómo mínimo 18 quilates).
En nuestras retinas tenemos grabado a fuego, la ingente cantidad de colgantes, cadenas y anillos que M.A. Barracus lucía en la serie “El equipo A”.
De entre las joyas que se pueden personalizar y más recurrentes, nos podemos encontrar con los omnipresentes anillos de oro, con nombres y fechas grabados en su cara interna, los colgantes infinito, colgantes media luna, etc… Todo un sin fin de opciones al gusto.
PERO… ¿SIGUE SIENDO RENTABLE EL ORO?
El oro, es uno de los metales preciosos más codiciados y cotizados del mundo por ser un metal escaso en la tierra. Desde tiempos inmemoriales, el hombre, ha utilizado este metal para la confección de todo tipo de abalorios y joyas con las que poder distinguirse, procurarse suerte o incluso elaborar pócimas milagrosas con él. Se le han atribuido poderes mágicos y/o curativos, e incluso ha sido el causante de guerras. En la actualidad también se utiliza como superconductor por sus propiedades transmisoras y su resistencia a la oxidación, además de otras muchas aplicaciones.
El oro es, y será siempre, un valor seguro en todas las culturas del mundo. Si tu idea es el adquirir una joya, imperecedera y que no pierda valor por el paso de los años, la opción más rentable es una joya de oro elaborada con al menos 18 quilates.
Si tu intención es la de hacer pequeñas inversiones en oro, puedes decidirte por comprar joyas de oro baratas, con la garantía de que su valor se verá incrementado con el paso de los años.
JOYERÍA VS BISUTERÍA
Llama poderosamente la atención, cómo los complementos de bisutería de forma engañosa, intentan ganar posiciones frente a la alta joyería, anunciado que, el artículo en cuestión, se encuentra bañado en oro, incrementando de forma astronómica su precio, a cambio tan solo de ofrecer un seductor diseño. En la actualidad, las joyerías especializadas, ofrecen servicios de diseño de joyas, incluso en algunos casos, es el propio cliente el que puede realizar el diseño de la joya a su gusto para posteriormente encargar la realización de la pieza al joyero.
En muchos casos las consecuencias de comprar bisutería, conlleva tristes resultados; alergias, decoloraciones en la piel, urticarias, etc… Algunos estudios demuestran que un alto porcentaje de estas piezas de bisutería, se fabrican con una gran cantidad de metales altamente contaminantes y por ende, perjudiciales para la salud. El cadmio, metal altamente cancerígeno, es uno de los componentes empleados por los fabricantes de bisutería.
Por el contrario, las joyas fabricadas con metales nobles como el oro o el platino, en muy raras ocasiones pueden producir alergias u otras afecciones.
¿CÓMO SABER SI UNA JOYA ES BISUTERÍA O NO?
La normativa de aplicación para estos casos, varía en función del país. En joyería fina, que se distingue de las demás por realizar las piezas con metales preciosos, (platino u oro) existe un estándar de calidad denominado “sello de contraste” y que se representa por una marca grabada por el fabricante con un punzón en la pieza, dicho fabricante, ha de estar debidamente acreditado. En esa marca se garantiza la pureza del metal. La marca de contraste es obligatoria para todas las piezas que se vendan como joyas y está compuesta de tres partes: La primera indica la pureza del oro, la segunda la cantidad de quilates de la pieza y la tercera refleja la marca del artesano.
Si tienes dudas sobre la pureza o autenticidad de alguna pieza que puedas tener, en las joyerías o en las tiendas de compra de oro, te podrán sacar de dudas. La manera de hacerlo, suele ser “perjudicial” para la pieza. Una de las maneras es la utilización de la llamada “piedra de toque” con la que tras raspar la superficie de la pieza, se le aplica ácido nítrico esperando la reacción química. El color tras la aplicación del ácido en la pieza, indicará su pureza, o según el caso, si se trata de otro metal distinto al oro.
Antes de hacer cualquier compra de una pieza, asegúrate que el metal es auténtico y no te estén dando “gato por liebre”.