La Reina emérita se mostró visiblemente emocionada en su primer acto público tras la marcha de España de Juan Carlos I. Doña Sofía ha recuperado su agenda oficial después de la polémica en la isla de Mallorca, donde ha colaborado en la liberación de una tortuga. Desde que su marido y anterior monarca saliera de nuestro país por sus problemas judiciales, la madre del actual Rey ha sido objeto de escrutinio por parte de la prensa especializada. Este año llegó al Palacio de Marivent a finales de julio, antes incluso de que su hijo y la reina Letizia desembarcaran con Leonor y Sofía en Palma para pasar unos días de descanso.
A estas alturas del calendario, la emérita aún se encuentra en las Islas Baleares junto a su hermana Irene, con quien se la ha visto en las contadas apariciones públicas que ha realizado en este atípico verano. El diario El País ya anunció que doña Sofía no acompañaría en su 'exilio' al rey Juan Carlos y mantendría su residencia habitual en el Palacio de Zarzuela. Y por el momento, se cumplen esas previsiones. Así, la consorte del antiguo Jefe del Estado sigue adelante con su actividades institucionales. La Fundación que lleva su nombre y la Palma Aquarium han renovado su convenio de colaboración para ayudar al bienestar de la fauna marina de Mallorca.
Por este motivo, la reina Sofía, en su calidad de presidenta ejecutiva, presidió un acto muy emotivo para ella como gran amante de los animales: la liberación de una tortuga de 46 kilos. La madre de Felipe VI ha sido una de las encargadas de ayudar a devolver al mar a este ejemplar, que fue rescatado en las aguas de Porto Colom el pasado 20 de julio. La tortuga presentaba lesiones en su caparazón, estaba deshidratada y tenía problemas de flotación. Durante un tiempo ha permanecido en tratamiento en un centro veterinario y ha terminado por recuperarse.
Subida en la embarcación 'Falcao', propiedad del grupo Portixol, con un pantalón blanco y un caftán estampado en tonos azules, a la reina Sofía se le saltaron las lágrimas al ver cómo Hipatia, que así se llama el animal, volvía al Mediterráneo sana y salva a las afueras de la Bahía de Palma. La tortuga fue depositada lo más lejos posible de la costa, en mar abierto. El pasado año 2019 la Fundación Reina Sofía y la Fundación Palma Aquarium establecieron su primer convenio de colaboración, que se ha materializado en acciones encaminadas a aumentar la conservación de las tortugas marinas. El acuerdo entre ambas instituciones ha hecho posible mejoras muy significativas en las instalaciones de cuidados intensivos del centro de recuperación de Palma Aquarium.
En lo que va de 2020 se han producido en el litoral balear un total de 65 varamientos de tortugas marinas. Actualmente, la causa que principalmente lleva a las tortugas a los centros de recuperación son los enmalles provocados por los restos de basura, las redes fantasmas y los plásticos, dato que debe llevarnos a una seria reflexión. Este verano, el centro se ha visto literalmente desbordado de casos. Tras la marcha de Hipatia, quedan en las instalaciones de Palma Aquarium unos 15 ejemplares que una vez rehabilitados serán devueltos al mar. El centro de recuperación está gestionado por el COFIB, organismo perteneciente a la Consejería de Medio Ambiente.