La pandemia del COVID-19 nos ha llevado a reforzar nuestros hábitos de higiene y limpieza en casa. En este contexto, la lavadora se ha vuelto una aliada indispensable para la adecuada desinfección de la ropa cuando regresamos al hogar.
Sin embargo, el exceso de su uso podría acrecentar los ya conocidos efectos negativos al medio ambiente del planeta, debido a un aumento en el gasto mensual en la energía eléctrica.
Poner a funcionar una lavadora en casa implica el consumo promedio de 254 kilovatios hora (kWh) al año. Si tomamos en cuenta que para producir un kWh se emiten 0,28 kg de CO2, con este nivel de consumo de energía tenemos que al año se arrojan más de 70 kg de gases con efecto invernadero a la atmósfera.
Sin embargo, existen medidas muy eficaces para aminorar el consumo de energía durante el lavado, tales como, reducir en algunos grados la temperatura del agua del lavado o acumular la ropa durante la semana para aminorar el número de veces que se utiliza el aparato.
Por ejemplo, si en Europa, las personas disminuyeran en al menos tres grados la temperatura del lavado de las prendas, se podría ahorrar la emisión de gases tóxicos en una cifra similar a la que provocan unos 700 vehículos en las grandes ciudades.
Pese a ello, la creencia de algunas familias es que necesitan agua a 40 grados de temperatura para conseguir un mejor lavado.
De acuerdo a las empresas fabricantes de detergentes solo se necesita un máximo de 30 grados de temperatura en el agua para conseguir un correcto lavado de prendas como pantalones, camisetas, faldas, camisas, ropa interior o telas de la casa como los manteles.
Otro de los beneficios de usar agua menos caliente, o fría de ser el caso, en el proceso de lavado, es que se liberarán menos micropartículas de tela que al final irán al desagüe y luego a los océanos.
Otro aspecto importante es el uso de tecnología certificada en los equipos para el ahorro de energía y agua durante el proceso.
Solo en el caso de México, si se sustituyeran todas las lavadoras convencionales por unos equipos automáticos modernos, se podría ahorrar 64.81 GWh/año.
Dentro esta categoría, existen lavadoras clasificadas con eficiencia energética de clase A + + +, las cuales permiten hasta un 70% de ahorro de energía y además aminoran el tiempo de espera para contar con la ropa limpia.
Esto último sucede gracias a la tecnología de doble tambor que en su interior hace que sea más eficiente y rápido el movimiento de la ropa.
Dentro de esta categorías de equipos, las lavadoras con la clasificación C y D son las menos recomendadas por su poca eficiencia energética.
De esta forma no solo se reduce el impacto al medio ambiente sino que las familias pueden ahorrar dinero en la cuenta de la electricidad durante el confinamiento, pasar más tiempo juntas y prolongar la vida útil de las prendas de vestir.