Actualmente las habilidades sociales se fomentan desde la niñez, pero no hace mucho la manera en la que aprendimos a relacionarnos con los demás, era más una cosa intuitiva de ensayo y error. El psicólogo Enrique García Huete, director del gabinete Quality, incluso señala que “algunas generaciones lo hemos aprendido de forma asilvestrada y de forma marcada por el entorno”`. Pero nunca es demasiado tarde para mejorar nuestras habilidades sociales. Desarrollar y practicar estas cinco son un buen punto de partida:
1. Saber decir que no, en tres pasos: García Huete propone primero, entender la petición del otro y empatizar (que no es tan fácil), manifestar algo positivo a la persona que pide el favor. Segundo, plantear un objetivo propio, sin exceso de justificaciones para no dar oportunidad al contrario de que nos envuelva en nuestra propia estrategia. Tercero, dar alternativas, ofrecer opciones que sean favorables a nuestro interés y que no impliquen acceder a la petición inicial.
2. La magia de las críticas constructivas: Criticar bien es una de las habilidades más especiales que uno puede tener, su efecto casi parece una cuestión de magia. Para obtener resultados, las críticas han de ser constructivas, destaca Carlton Fong, de la Universidad de Texas, en Estados Unidos. Fong afirma que aportan "niveles más altos de emociones agradables y más bajos de emociones desagradables" a ambas partes. Puedes practicar la expresión facial y el tono de la voz que puedes usar, lo cual no lo es todo, pero casi.
3. Cómo encajar una crítica constructiva (y sortear las demás): Las críticas que recibimos de los demás suelen sorprendernos en frío. Cuando provengan de alguien que nos importa, lo adecuado es "indagar y preguntar hasta que el sujeto concrete. La mayoría de la gente hace críticas globales: 'eres un insensato', 'eres mal amigo'… Si no se concreta, no sé si uno puede o debe cambiar su comportamiento", dice el psicólogo. Por el contrario, cuando alguien dice algo negativo de nosotros y no nos interesa, lo ideal será "parar la crítica cuanto antes y de que la relación quede bien". García Huete nos remite a una técnica llamada el banco de niebla: "Consiste en aceptar parcialmente la crítica y dar alternativas ambiguas”.
4. Hablar en público y que te escuchen: Para triunfar en el progreso de esta habilidad, debemos combatir la ansiedad y los temores para enfrentarnos al trance. A partir de ahí, "hay que controlar el tono de voz, que sea algo elevado, las inflexiones, dar al discurso una velocidad apropiada, así como estructurar los contenidos: introducción, generar expectativas, desarrollo y conclusiones", enumera García Huete.
5. El arte de preguntar para hacer nuevos amigos: "Hacer preguntas abiertas, interesándonos por la otra persona, alternándolas con información gratuita; aportar algún comentario aunque no nos lo hayan preguntado, para convertir la interacción en un diálogo, no en un interrogatorio", es lo que propone García Huete para desarrollar esta habilidad que es casi un arte.