En abril de 1993, a bordo del transbordador Discovery, Ellen Ochoa realizó su primer vuelo espacial para convertirse en la primera mujer de origen hispano en llevar a cabo semejante hazaña. Al año siguiente, en noviembre de 1994, realizaría su segundo viaje al espacio, esta vez a bordo del Atlantis. En 1999 y 2002 realizó otros dos vuelos espaciales, que suman un total de 978 horas fuera de la tierra.
Nieta de emigrantes mexicanos, Ochoa nació en 1958 en Los Ángeles, California y a los 22 años se graduó de física en la Universidad de San Diego. Como doctorando en la Universidad de Standford e investigadora del Centro AMES de la NASA, se especializó en sistemas ópticos de procesamiento de información y fue coinventora de tres patentes: un sistema de inspección óptica, un método de reconocimiento de un objeto óptico y un método para imágenes de eliminación de ruidos.
En 1990, tras dos intentos fallidos, fue aceptada finalmente por la NASA y un año después ya se había convertido en astronauta, un campo en el que ha desarrollado una brillante carrera, que actualmente desempeña como directora del Centro Espacial Jonhson. Semejante trayectoria la hecho merecedora de un lugar en el Salón de la Fama de los astronautas en Estados Unidos, según fue revelado por la institución este mes de mayo.
Pero su perseverancia y constante superación la han convertido, sobre todo, en una heroína entre las mujeres y símbolo de la comunidad hispana. Ellen Ochoa ha impartido cientos de charlas y conferencias y confiesa recibir miles de cartas, invitaciones y mensajes que agradecen su inspiración y su ejemplo.
El Centro Espacial Jonhson que dirige Ochoa, es la instalación de la NASA dedicada a actividades tripuladas espaciales y está situado en Houston, Texas. Ellen es la segunda mujer y la primera de origen hispano en dirigirlo.
El pasado mes de marzo la presidencia de Donald Trump otorgó a la NASA un presupuesto de 19,500 millones de dólares para lograr objetivos tales como llevar la presencia humana al planeta Marte a partir de 2030.
“Me gustaría ver más mujeres y más minorías en los campos científicos”, ha declarado Ellen.
El primer hombre latinoamericano en salir de la atmósfera de la tierra fue el cubano Arnaldo Tamayo, en un vuelo espacial en la nave Soyuz 38, de la Unión Soviética, en 1980.
