Ula Iruretagoiena, profesora de la Escuela Técnica Superior de la Universidad del País Vasco, propone cambiar las bases en las que se fundamenta la arquitectura tanto histórica como contemporánea. ” Se trata de un hecho absolutamente inédito; nunca en la historia de la humanidad han ocurrido tantos cambios socioeconómicos en un período tan corto”, comenta Iruretagoiena.
Tomando como base la velocidad de cambio en la sociedad actual, la investigadora cree que ” es necesario abordar la arquitectura desde otra perspectiva“.
Iruretagoiena explica además que ” deberíamos hacer unos espacios pensados para que el paso del tiempo y los usuarios los interpreten, y esta riqueza interpretativa será la garantía para que la arquitectura no quede obsoleta en un corto período de tiempo”. Continúa explicando que ” al final, el uso de un espacio tiene que ver con cómo el ser humano comprende el lugar donde habita, y en función de esa comprensión, que es absolutamente coyuntural y cultural, se transforma y se modifica el uso de un espacio. Según la percepción del ser humano sobre el espacio, se modificará su uso”.
Ula Iruretagoiena ha analizado el trabajo llevado a cabo por los arquitectos de renombre mundial Mies van der Rohe y Junya Ishigami. La arquitecta comenta que, ” las actitudes de ambos arquitectos descubren una aproximación al proyecto arquitectónico que da lugar a una forma de permanecer resiliente: el hecho físico perdura y su interpretación variable devuelve la arquitectura al devenir del tiempo y al cuerpo que la percibe”. ” Es fundamental que una organización espacial o estructura sugiera diversas maneras de organizar y recorrer el espacio, incluso de imaginar situaciones contradictorias entre sí. El habitador del espacio será quien determine, bajo su lectura personal, cuál de las situaciones espaciales se adecúa a sus intereses. Esta capacidad interpretativa del morador queda fuera del control del proyectista. Si aprendiésemos a pensar los espacios con este tipo de incógnitas imprevistas, las propuestas arquitectónicas adquirirían capacidad para durar en el tiempo superando la obsolescencia funcional”, concluye Ula Iruretagoiena.