Siguiendo con atención los últimos acontecimientos en el Parlamento catalán, y la deriva antidemocrática que se está produciendo en Cataluña en los últimos años, quería realizar una serie de consideraciones sobre lo que supone respaldar de manera directa o indirecta a los proyectos nacionalistas e independentistas.
Tanto desde el punto de vista general como particular, los nacionalismos de diferente tipo, tienen como rasgo fundamental los principios de la desigualdad y de la insolidaridad entre los pueblos que deciden conformar un proyecto común.
Es triste y a la vez indignante que los catalanes puedan quejarse de su situación económica y social, cuando si repasamos la historia no manipulada por los nacionalistas e independentistas, Cataluña ha sido privilegiada a nivel económico en detrimento del resto de territorios. Si hay una Comunidad Autónoma con derecho a sentirse maltratada es Extremadura, abandonada a un retraso económico y social sistemático.
Hay que recordarle a los catalanes y a sus representantes políticos que quieren saltarse la ley, la Constitución y violar los principios de la soberanía nacional, que reside en el conjunto de todos los españoles, que tienen los mayores niveles de autogobierno de su historia, por delante incluso de un Lander alemán o de un estado de los Estados Unidos.
Cuando los nacionalistas e independentistas repiten ese mantra falso de que España les roba, quienes verdaderamente les han robado y saqueado las instituciones públicas catalanas, han sido esos dirigentes nacionalistas e independentistas con la mafia de los Puyol a la cabeza, demostrando que su verdadera ‘patria’ es la del dinero y las de las cuentas en Suiza.
Otro de los aspectos a cuestionar a los nacionalistas e independentistas es que este proceso al que ellos llaman ‘democrático’, se ha producido a través de la movilización natural de la ciudadanía catalana. Lo primero, es que en las diferentes movilizaciones en Cataluña, no se ha manifestado una mayoría en favor de la independencia, y segundo, en ese proceso ha sido decisivo la operación de adoctrinamiento llevado a cabo por los diferentes gobiernos catalanes, a través de la educación, competencia cedida por el gobierno central y que ha supuesto a lo largo de estos 40 años el acorralamiento progresivo del español y la manipulación de la historia.
La incomprensible posición de los partidos de izquierda
Es increíble y a la vez indignante, y contrario a la posibilidad de cambiar y transformar una sociedad, que las formaciones políticas de izquierda en España, entren en el juego directo o indirecto del egoísmo de los nacionalistas.
Una formación que diga ser de izquierdas y que quiera defender los valores de igualdad y los derechos de las clases trabajadoras, no puede situarse en una posición de comprensión de los proyectos nacionalistas e independentistas, cuando éstos tienen como principales rasgos atacar los valores de igualdad y de solidaridad entre los pueblos en la conformación de proyectos comunes.
