El ‘no sé y no contesto’, el ‘no recuerdo’, el silencio solidificado son algunas de las armas que el ‘equipo’ al que se investiga por la presunta financiación del PP, sacan de paseo cada vez que entran en los juzgados o se personan en la comisión de investigación que, hoy, suma su cuarta sesión.
Ridículo, bochorno, tomadura de pelo, más gasto para el ciudadano y, lo de siempre, tapar las vergüenzas que les sepultan.
Pésimo ejemplo
Luis Bárcenas pone, en este momento, de manifiesto lo poco o nada que conoce la honestidad, integridad y el servicio a los ciudadanos, ese por el que ha jurado en falso hasta hartarse y hartarnos. Flaco favor le hacen estos ciudadanos atrincherados en amigos, amiguitos y amigotes que durante décadas han acumulado el mismo tamaño de fortunas que de descrédito.
Colegas
El Bárcenas ha dedicado mucho tiempo a su defensa planteada como una partida de ajedrez. A esperado a ‘mover ficha’ atento a los movimientos de quienes otrora fueran colegas y, a la postre, le dieron la espalda y las posaderas. El Bárcenas sabe mucho y reconoce a la pandilla de buitrones con los que ha lidiado en ‘muchas plazas’.
Ante lo que parece ser un pacto entre ladrones, el ciudadano que les mantiene y alimenta se sumerge en su trabajo, día a día, sin ápice de esperanza en que algo se limpie.