La industria actual basa sus proyectos en remakes- muy malos la mayoría- y en films de superhéroes, cada vez peores. ¿Cómo hemos podido llegar a esta situación? La poca exigencia del espectador medio, más pendiente de comprar palomitas que de la película que va a ver, la calidad de los guiones, entre muy pequeña e ínfima, las multisalas,… todo ello ha contribuido a que ya no se respete el cine como se hacía antes.
A mi modesto parecer, las televisiones públicas también tienen parte de culpa. Uno creció viendo películas de John Wayne, Kirk Douglas, Humphrey Bogart o Cary Grant. La cultura cinematográfica se adquiría sí o sí. O veías películas clásicas o no veías nada, porque solo existía una tele. Confieso echar de menos aquellos tiempos. Me pregunto por qué. ¿Por qué los niños no tienen derecho a ver los films de los Hermanos Marx? ¿Por qué un adolescente no sabe enumerar tres o cuatro películas dirigidas por Alfred Hitchcock? ¿Acaso sabe quién es Alfred Hitchcock? ¿Por qué se dejaron de emitir programas como ‘Qué grande es el cine’ o el más reciente ‘Clásicos de la 1’? ¿Son caros estos productos? ¿Tienen miedo los directivos de TVE a que la gente piense? ¿Consideran que un joven que piensa es un ser peligroso? En fin, nadie me va a responder a estas cuestiones.
Pero no todo es malo en este siglo XXI de descargas digitales, pirateos y vídeos de gatos. El buen cine existe, pero lo debemos buscar en algunas series de televisión. Productoras como HBO y AMC consiguen, de vez en cuando, hacernos felices. ‘Breaking Bad’, ‘The Wire’, ‘Boardwalk Empire’, o ‘Mad Men’, son algunos ejemplos. Por cierto, los canales gratuitos, tanto públicos como privados, desechan estas grandes producciones; o lo que es peor, las ubican en su programación de madrugada.
Si le gusta la aventura y quiere introducirse en el “peligroso” mundo del cine clásico, puede usted adquirir ‘La diligencia’, ‘Casablanca’, ‘Psicosis’, ‘ Los vikingos’, ‘El golpe’, ‘La reina de Africa’, ‘El apartamento’, ‘Río Bravo’ o ‘Con la muerte en los talones’, por menos de lo que cuesta un vaso de ron con cola. En el peor de los casos, hasta puede encontrarlas en youtube, al lado mismo de los vídeos de gatos.