Hace 5 años, en 2014, irrumpió en las elecciones europeas, Podemos, una herramienta política de cambio que ilusionó a miles de ciudadanos y ciudadanas, y que cinco años después, observan como este proyecto político se autodestruye por luchas internas, radicalismos incomprensibles y por su amabilidad con los nacionalismos periféricos reaccionarios.
NUEVA CRISIS EN PODEMOS
Hace unos días, volvía a estallar una nueva crisis interna en Podemos a cuenta de la evidente deslealtad de Iñigo Errejón, uno de los fundadores del proyecto de Podemos. Un movimiento que se traduce en romper Unidos Podemos a través de la creación de otra plataforma o partido político, con el objetivo de presentarse a las elecciones autonómicas de Madrid.
Esta enésima lucha interna por conseguir más poder en la organización, es una de las múltiples causas, que están provocando que el proyecto político de Podemos se vaya apagando de manera progresiva. Es sorprendente que una mente tan brillante como la de Errejón, no comprenda que la imagen de división y de pelea interna perjudica de manera notable a las formaciones de izquierdas, en su búsqueda de un apoyo electoral mayoritario.
EL HUNDIMIENTO DE PODEMOS, YA VIENE DE LEJOS
La caída progresiva de respaldo electoral y la pérdida continua de la ilusión que dio la confianza en los primeros momentos al proyecto de Podemos, con más de 5 millones de votos en elecciones generales; no solo es debida a las continuas luchas internas por las que ha ido atravesando esta organización a todos los niveles: local, autonómico y nacional;
sino también a determinados radicalismos incomprensibles de su actual líder Pablo Iglesias, que no han ayudado, sino que han restado a la hora de llegar a más ciudadanos; contradicciones muy evidentes en el discurso político, y también a su absurda comprensión de los nacionalismos periféricos, cuestión que choca frontalmente contra los principios de igualdad que en teoría deben defender las formaciones de izquierdas.
AUSENCIA DE PODEMOS EN LA CONSTRUCCIÓN DE UN ÚNICO PROYECTO DE PAÍS Y PÉSIMA LECTURA DEL DESAFÍO CATALÁN
Sin duda uno de los elementos que ha provocado el desencanto de muchos ciudadanos y ciudadanas con Podemos, ha sido su pésima lectura del desafío independentista en Cataluña. Es más ha sido doloroso para las personas progresistas de este país ver como una formación en teoría progresista, se ponía del lado de lo más reaccionario que puede haber: el nacionalismo sea a gran escala o periférico.
Podemos como fuerza progresista emergente debería haber ocupado una parte importante del espacio que le ha dejado a la derecha de Ciudadanos, tanto en la idea de defender un único proyecto español, como en combatir las desigualdades que generarían para los trabajadores una posible independencia de Cataluña.
OTROS DOS ERRORES QUE PROVOCAN EL ESTANCAMIENTO Y LA CAÍDA DE PODEMOS
Otros dos elementos que hay que tener en cuenta para entender el estancamiento y la caída de Podemos como fuerza política, han sido la unión con Izquierda Unida, una suma que más bien ha restado apoyo ciudadano al proyecto de cambio, y eso se ha visto en los distintos procesos electorales.
Recordemos que un primer momento los líderes morados estaban en contra de dar soporte a otras organizaciones o en ser las tablas de salvación de partidos como Izquierda Unida.
Y el otro aspecto que ha impedido el crecimiento de Podemos, ha tenido que ver con no haber caminado a una organización al modo del PSOE, con una marca única y claramente construida e identificada en cada uno de los territorios de este país.
Las sopas de siglas, el desconcierto de denominaciones, de creación de nuevas plataformas, provoca en la mayoría de los casos rechazo y que la ciudadanía no identifique claramente ni las ideas ni el proyecto político que se pretende llevar adelante.
