Ha vuelto a pasar. Otras tres mujeres muertas, en un pis pas. Ha vuelto a ocurrir: 2 de ellas habían denunciado mal trato de sus ex parejas, pero los jueces no han visto necesario tomar medidas cautelares, para proteger la vida de ella. Ella ya no tiene vida, pero sí un contenedor de palabras que subrayan que “tenemos que estar preparados como institución, para hacer frente a estos casos”. Ha ocurrido, en 24 horas, en Castellón (2 niñas), Bilbao y Granada. Y ocurrió el 11 de septiembre y el 19 de junio.
Ese cualquiera, padre de tus hijos y ahora ex pareja; ese, puede matarte en cualquier lugar, en cualquier momento y de cualquier forma; porque sabe que puede y le sale ‘barato’; porque te ha amenazado, amedrentado y aterrorizado, sin que pase nada, hasta que te mata. Antes, no hay indicios racionales de criminalidad. Antes, nadie ve nada, ni oye nada, ni hace nada; parece que esperaran al día de ponerte flores en el ataúd y guardar un minuto de silencio.
Tengamos las pulseras de localización en los cajones y no hagamos seguimiento de las que se usan. Tengamos un teléfono de denuncia que no deja rastro, para nada y para nadie. “Denuncia”, que somos idiotas, que es lo que nos gusta; y sordos los jueces, y ciegos los uniformes, y ellas: muertas. Vaya! ante el cadáver, sí tenemos un indicio de delito.