Subir los impuestos. Esa es la fórmula que el ejecutivo de Pedro Sánchez plantea para impulsar de una vez por todas la maquinaria del país. No parece una propuesta que se caracterice por su desbordante imaginación. Además, se trata de un proyecto cogido con alfileres, puesto que el nuevo paquete tributario, que incluye gravámenes a la banca, a las empresas tecnológicas y al diésel, ha de ser ratificado por el Parlamento, donde los socialistas deben buscar cómplices.
Llama poderosamente la atención el afán de Sánchez por matizar que el impuesto a la banca no es tal, sino que se trata de una tasa que grava las transacciones financieras. Eufemismos al margen, ¿ha tenido en cuenta el presidente que las entidades repercutirán ese incremento fiscal a sus clientes? Con esta medida, Hacienda espera recaudar mil millones de euros en 2019. De algún lugar sacarán los bancos esta cantidad y las que sean necesarias para cuadrar sus cuentas de resultados. Del mismo sitio de siempre, el bolsillo del ciudadano.
Pero no todo son malas noticias. No es de recibo que una pequeña empresa tribute al 25% en el impuesto de sociedades, y las grandes corporaciones lo hagan por debajo del 10% gracias a las deducciones. Si prospera la iniciativa del Gobierno, existirá una especie de ‘cláusula suelo’, ya que no se podrá cotizar por debajo del 15%. No parece una decisión que vaya a tener demasiados fans en la bancada popular.
Es preocupante la falta de ideas de nuestros dirigentes. Llenar las arcas públicas es la meta, la única meta. Los modelos macroeconómicos constituyen el exclusivo argumento esgrimido para referirse permanentemente a la recuperación. Nos dicen que ya no pasaremos más penurias, que la crisis financiera ha quedado en el olvido. Los políticos deberían abandonar su zona de confort, salir a la calle, y fijarse en las caras. La ciudadanía siente nostalgia. Nostalgia de la clase media, del estado del bienestar y del poder adquisitivo. Aquellos tesoros que tardaron siglos en conseguirse y que se perdieron en menos de lo que dura un telediario.