Isabel Pantoja ha vuelto a sentarse en el banquillo para responder como administradora de la sociedad la supuesta venta de Mi Gitana, el chalet situado en Marbella y donde convivió con Julián Muñoz hasta la separación de la pareja. Se le acusa de insolvencia punible por lo que la Fiscalía del Juzgado de lo Penal número 5 de Málaga solicita una pena de tres años de prisión y a pagar una multa con una cuota de 20 euros diarios durante 18 meses, lo que le supondría a la Pantoja un desembolso total de cerca de 11 euros y la vuelta a la cárcel. Tanto la tonadillera como su hermano Agustín han declarado no saber el alcance de la operación, ya que en esos momentos la viuda de Paquirri se encontraba privada de libertad y que Agustín Pantoja aunque fue el responsable de la venta de la casa de La Pera, desconocía que existiese una deuda de 114 euros y que “yo solo quería ayudar porque mi hermana estaba en la cárcel”, al no ser el administrador de la sociedad y constar Isabel como la única responsable como administradora de la sociedad Panriver56 es por lo que solo se juzga a la cantante.
Una derrotada Isabel Pantoja entró en los Juzgados de Málaga vestida de riguroso negro, mostrando en su andar y en sus gestos la profunda preocupación por la situación judicial que se le presenta y hacia más evidente la depresión que viene sufriendo desde los enfrentamientos con sus dos hijos y agravada desde la muerte de su madre en septiembre del año pasado. Una vez dentro, sufrió el más brutal y humillante acoso mediático, siendo bombardeada por por una multitud de flashes mientras permanecía sentada a la espera de ser interrogada. Durante unos minutos que a ella se le harían interminables, se podía apreciar en los ojos de la madre de Kiko Rivera y de Isa Pantoja, una tristeza infinita y el temor a volver a vivir la experiencia vivida cuando entró en la cárcel a raíz del caso Malaya. Varias veces la tonadillera se derrumbó ante el juez. Ante tanta exposición pública, el sufrimiento era evidente, más aún al verse apoyada únicamente por su hermano Agustín "Es la única persona que tengo" ha dicho la cantante. Ese mismo día mientras Isabel se deshacía en llantos ante el juez, su hijo Kiko publicaba imágenes en Instagram, besándose en los labios con su mujer Irene Rosales y demostrando el amor que siente por ella.
De toda esta situación ha sacado tajada Fran Rivera y en el programa matinal de Susana Griso ha cargado contra la ex de Julián Muñoz al declarar “No me alegro del mal que le pase a nadie, pero tampoco me pongo triste, las cosas como son. A las personas malas es normal que les pasen cosas malas y esta mujer no es buena. Todo lo malo que le pase se lo merece”. El hijo de Paquirri y Carmina Ordoñez siguió contándole a la presentadora del programa que Isabel Pantoja como madrasta nunca les demostró cariño, pero cuando Paquirri estaba delante la cantante cambiaba de actitud y fingía que todo iba muy bien. Durante la intervención del torero en Espejo Público habló de los problemas de Pantoja con sus hijos y que él pensaba que la innombrable (en ningún momento de la entrevista pronunció su nombre) habría querido nunca a nadie, quizás a la fallecida Doña Ana y que siempre se había aprovechado de todos, tanto fans como parejas, amigos… que solo le interesaba el dinero.
A todo esto, un indignado Kiko Rivera ha pasado de no mostrar preocupación en las RRSS por su madre mientras era interrogada por un juez ni acompañarla en estos durísimos momentos ya que no mantiene contacto alguno con ella, a mostrarse dolido por las declaraciones de su hermano Fran en el matinal de Susana Griso, donde colabora como tertuliano. El DJ ha publicado ahora que “soy humano y aunque no quiera saber nada de esto, es mi madre” y lanza una indirecta muy directa en clara alusión a su hermano, lo que podría abrir una nueva brecha en la ya maltrecha relación filial: “La mejor defensa no es atacar y alegrarse del mal ajeno se puede volver en tu contra eso deberían aprenderlo algunos” (sic).
Suponemos que estas durísimas declaraciones no habrán dejado indiferente a nadie y como dice el refrán “Cuando se cae el burro, se le dan los palos”.