Doña Ana, la matriarca del clan Pantoja, ha fallecido hoy 29 de septiembre a los 90 años de edad. La madre de Isabel Pantoja se dedicó a proteger a su hija, sobre todo cuando iniciaba su carrera como cantante, y en los últimos años vivía en Cantora acompañada por su mediática hija y por el pequeño de sus vástagos, Agustín.
La salud de Ana María Martín Villegas era complicada, un silencio a voces que era conocido por los periodistas del mundo del corazón desde hacía años, por culpa de una enfermedad degenerativa. Su residencia estaba en Cantora, de la que no solía salir. La famosa finca que la tonadillera heredó de su marido, Paquirri, en la provincia de Cádiz, y desde hacía mucho tiempo no realizaba apariciones públicas.
Algunos periodistas aseguran que no fue consciente de la entrada en prisión de Isabel Pantoja. Su familia le aseguró que estaba de gira por América y su nieta Anabel, colaboradora de “Sálvame”, se enfadaba cada vez que algún compañero recordaba este período en la vida de su tía. Doña Ana siempre ha sido una pieza fundamental para toda la familia, aunque prefería un segundo plano. Su nombre sonó más en los programas de televisión cuando la hija adoptiva de la tonadillera, Isa Pantoja, hizo públicas sus desavenencias desde que era una adolescente y dejó ver que la madre de la tonadillera no era tan encantadora como pudiera parecer.
A pesar de estar siempre al lado de Isabel Pantoja, jamás quiso conceder ni una sola entrevista. Su vida giraba alrededor de su hija, protegerla y prestarle todas las atenciones posibles. Por ejemplo, cuando falleció su marido, el mítico torero Francisco Rivera “Paquirri”, ella se convirtió en su tabla de salvación.
Orgullosa de ser gitana, de joven era conocida como “La melones” por ser hija de un frutero. En el año 1952 contrae matrimonio con Juan Pantoja Cortés, “Chiquetete”, un cantaor de flamenco que vivió el éxito en aquella época. Muy poca gente lo sabía pero Doña Ana también llegó a ser artista, bailaora, y formó parte de las compañías de Juanita Reina y Pepe Pinto, pero todo pasó a un segundo plano cuando tuvo que sacar a sus cuatro hijos adelante: Juan, Bernardo, Agustín e Isabel. Fue justo la mujer la que dejó en la música y acabó convirtiéndose en una estrella, logrando que su familia saliera de los problemas económicos que sufrían.
Cuando su hija enviudó en 1984, doña Ana volvió a las costumbres que tenía con una jovencísima Isabel Pantoja. Consideraba que la artista debía estar al abrigo de su madre y protegía a la tonadillera de los señores que buscaban un escarceo con la artista. Algunos medios señalan que Doña Ana fue la responsable de la no boda entre Julián Muñoz e Isabel Pantoja… O que los regalos en nombre de Encarna Sánchez estuvieran prohibidos en casa.
Doña Ana fue la excusa perfecta para Isabel Pantoja para no salir de Cantora y las cosas podrían cambiar a partir de ahora. Habrá que esperar a la respuesta de Kiko Rivera y de otros familiares del clan que no tenía mucha relación con la matriarca.
