El siglo XXI ha traído consigo muchas cosas buenas y malas (sin contar con el coronavirus). La globalización es algo positivo y negativo a la vez porque nos conecta, pero quizá demasiado… Y con la moda pasa algo parecido. Vivir de vestirnos, la imagen que damos al público, lo que ofrecemos… Puede resultar algo muy positivo, quizá se convierta hasta en un trabajo, pero también nos puede crear una obsesión. Sin embargo, dentro de la moda hay muchas más luces que sombras. Uno de los elementos que más cuentan a la hora de lucirnos son las gafas y, actualmente, hay muchas monturas de gafas en función de nuestros gustos y nuestra forma de vestir o de ver la vida.
Las gafas son tan diferentes como la propia personalidad de aquel que lo lleve. Cuadradas o redondas, de colores o negras, de pasta o metálicas, con imán o con doble puente, más grandes o más pequeñas, más antiguas o más vanguardistas… Eres tú quien las va a llevar, así que debes elegir unas que demuestren tu propia responsabilidad. Incluso hay gafas Kids para los más pequeños de la casa, adaptadas a su edad y a su propia anatomía.
¿Qué beneficios me puede aportar llevar gafas?
Hay muchas ventajas a la hora de llevar una montura bien graduada. La primera de toda, obviamente, es que verás mucho mejor y, por ende, mejorarás tu nivel de vida. Parece obvio, pero a veces no caemos en ello. Incluso si no ves, estarás mejorando tu imagen porque, en la actualidad, las gafas son un complemento muy bien visto. Esta percepción de las monturas de gafas como un elemento estético de moda puede marcar la diferencia con aquellos que te rodean. Si puedes permitirte varias, hazte con ellas y varíalas para que conjunten con tu ropa en función de los colores, la estética e incluso tu estado de ánimo.
Además, te protegen los ojos de elementos externos como polvo e insectos. Las gafas son, directamente, una barrera de protección de los ojos. Además, si están llevan incluidas lentes anti-reflejantes o polarizadas, te protegerán de los rayos del sol. Es más: no tengas reparo en hacerte unas gafas en este momento, con el uso de la mascarilla y su posible empañamiento: hay mil alternativas para evitar esa situación y que sigas viendo correctamente, sin ningún tipo de vaho. Por último, seamos sinceros: te hacen parecer una persona más inteligente, más culta. Aunque no tenga nada que ver, desde siempre se ha considerado a una persona con gafas como alguien intelectual y leído, algo que te puede hacer ganas muchos puntos.
¿En qué me fijo para elegir unas gafas?
Aunque estén de moda, es evidente que no todas las gafas nos quedan bien. Entran muchas variables en juego. Por ello, te surgirá una pregunta: ¿qué tengo en cuenta para elegir?
Lo primero es el tamaño de tu rostro: una montura para una cara cuadrada no quedará tan bien en una cara más alargada y viceversa. Además, el grosor de la montura también tiene mucho que ver con el resultado final de tu imagen: si es muy gruesa o demasiado estrecha, puede llegar a desconfigurar la estabilidad de las gafas e incluso llegar a provocar heridas en tu rostro. Ten en cuenta que las gafas en mariposa siempre son más anchas y las metálicas más estrechas.
El puente también juega un papel muy importante porque, en función de si es más largo o corto, tu mirada estará más abierta o cerrada. Una montura mal posicionada puede provocarte, incluso, una distorsión en el centro óptico de los cristales. Por último, las varillas también pueden hacer más o menos cómodas a tus gafas: si son demasiado largas, serán inestables; si son demasiado cortas, serán molestas y te podrían provocar incluso dolores de cabeza.
Como ves, hay muchas cosas que tener en cuenta a la hora de hacerte con unas gafas. Sin embargo, no dudes en que será una apuesta segura.