El día de boda, uno de los días más señalados en la biografía de cualquier pareja. Sin embargo, un momento tan bonito como este, también sabemos que puede ser uno de los mayores motivos de estrés y discusión dentro de la misma. Hoy tenemos con nosotros a David y Carla, dos fotógrafos de boda en Valencia, que juntos conforman el equipo de Dalthea y que han querido compartir su forma de entender esta celebración:
Una boda sin presiones:
"El día de tu boda será de unos los mejores de tu vida, pero no tiene porque ser el mejor". Esta frase que puede resultar chocante, tiene su razón de ser: Carla y David nos explican la presión que suelen tener las parejas de cara a que todo salga bien el día de su boda. Pareciese, que todo tuviera que salir perfecto: todo los invitados deben disfrutar del evento, que cada cosa se encuentre en su sitio y por supuesto, que sea una fecha inolvidable. Esta presión conlleva un riesgo potencial, y es que efectivamente, se convierta en fecha inolvidable pero por los motivos erróneos. En la medida en que crece la obsesión porque todo salga bien, perdemos la referencia de lo que realmente importa: el vínculo. Una boda es una celebración, es un acto de simbolismo que representa la unión y el amor de dos personas. Realmente, eso es lo más importante.
¿No nos la tomamos en serio?
Evidentemente no se trata de esto, si no de trabajar con flexibilidad y sin presión. Estar obligados moralmente a hacer de este encuentro algo "épico", puede tener el efecto rebote de que prestemos más atención al resultado que al proceso. Sería como hacer el camino de Santiago pensando sólo en llegar a la catedral, sin disfrutar del paisaje. Carla y David proponen un modelo de trabajo profesional pero también desenfadado, premiando lo naturalidad sin olvidarse de ofrecer un servicio de calidad. En su web podemos ver cantidad de comentarios de parejas que les agradecen su forma de trabajar, ya que en momentos de crisis y ansiedad, siempre es bueno tener alguien al lado que te tranquilice. Cuando planeas una boda y contratas diferentes profesionales, sabemos que no solamente contratas un servicio, si no que también un cierto nivel de cuidado emocional. Organizar una boda no es cómo llevar el coche al taller y esperar que nos lo arreglen, si no que se ponen en juego miedos e incertidumbres respecto a la celebración del evento. Por esta razón, ellos tratan de generar un clima que favorezca la naturalidad, además de la atención. Algo puede ser muy bueno sin que sea perfecto.
La presión social
Entorno a la celebración de cualquier enlace matrimonial también existe un cierto nivel de presión social. Son esos clichés con los que debemos cumplir. En la línea de lo que venimos proponiendo, Dalthea nos invita a dejar de sentirnos encorsetados y tener la boda que realmente queramos tener. Lo importante es la pareja y sus deseos, no contentar a todo el mundo.
Conclusiones
El tiempo avanza y cambia y con ello, sus costumbres. Debemos hacerlo con él y entender que el día de nuestras bodas, aunque muy importante, no deja de ser una celebración ni condiciona el amor futuro. La vida de una pareja es larga y durante ella, ocurrirán muchos momentos de culto al amor. Uno de ellos, el día del enlace matrimonial.