Desde el mismo inicio del reality Supervivientes 2020, Rocío Flores es una de las concursantes que ha estado en boca de todos. Sus emocionantes reacciones, sus sentimientos a flor de piel, de los que todos hemos sido testigos, no han pasado desapercibidos para nadie en el país.
Mucho se ha escrito sobre la mala relación que tiene con su madre, Rocío Carrasco. Parece que la decisión de la hija de Antonio David de participar en el reality tiene que ver con las ganas de retomar nuevamente una relación con su madre: no cesa de mandarle señales de reconciliación y de tender puentes.
El pasado 29 de abril, Rocío Carrasco cumplió 43 años, por lo que Rocío le envió un mensaje de felicitación: “(quiero) decirte que muchas felicidades, me encantaría poder decírtelo en privado. Espero que disfrutes de tu cumpleaños lo máximo que puedas y me encantaría que habláramos las cosas en privado, pero estoy en este concurso”.
Las emotivas palabras fueron secundadas por su padre pero, al parecer, no lograron ablandar el corazón de su madre. Varios medios indicaron que la productora del reality trató de ponerse en contacto con Carrasco para obtener un mensaje de vuelta, al menos. Unas palabras para seguir “engordando” el programa y que, a su vez, pudiera dar inicio a la tan esperada reconciliación entre madre e hija y, la respuesta fue… silencio. Carrasco no quiere dar ninguna opinión y es lo que se ha recibido de ella a lo largo de todas las polémicas familiares: el más absoluto silencio.
Rocío Carrasco no quiere participar ni directa ni indirectamente en Supervivientes.