Es increíble que mientras la mayoría de ‘siervos’ y ‘mortales’ muestran un físico claramente deteriorado por las condiciones, que como cada año, soportan los ‘supervivientes’, Rocío Flores siga lozana. La audiencia viendo lo que sucede en cada conexión en directo, lo tiene claro y ha puesto el grito en el cielo.
No hay duda de que a la hija de Antonio David, a la que se ha permitido no hacer pruebas que no sean de recompensa, o sea de comer, está teniendo un trato de privilegio. Gane o pierda su grupo, ella siempre come y va cumpliendo poco a poco con lo que de ella se esperaba por parte de Telecinco, que es ni más ni menos que tratar de darle la vuelta a la relación con su madre, inexistente desde hace siete años.
A Rocío la cadena la protege como si fuese una Santa con peana y a quien le tose se le envía a galeras, o sea a Playa desvalida, hoy por hoy la playa donde vemos auténticos supervivientes que ganan pruebas y dan vídeos.
Un buen lavado de imagen
Rocío dice que ha ido a ‘Supervivientes’ para que todos vean que ella no es un ‘demonio’ y que ha sufrido mucho injustamente. Hay quien dice que cuando salga y vea que se ha publicado con sentencia y todo, lo que pasó antes de la separación de su madre, no sabrá dónde meterse.
Otros pensamos por el contrario, que la nieta de Rocío Jurado, que se jacta de no necesitar la fama porque es famosa de nacimiento, era perfecta conocedora de que todo lo oculto durante siete años iba a ver la luz y que por eso en un primer momento quiso anular su paso por el reality.
Debidamente aconsejada decidió participar e ir soltando perlitas con cuentagotas, para tratar de darle la vuelta a la situación y sobre todo, que su verdadero carácter, ese que mostró en el plató amenazando más de una vez a Kiko Jiménez y a otros, no saliese a la luz.
Solo Yiya, que la caló desde el comienzo, estuvo a punto de sacarla de sus casillas, pero su más que oportuna expulsión calmó las aguas, aunque Fani también lo intentó para luego darse cuenta de lo que pasaba y convertirse en el apoyo de aquella de quien había dicho la verdad, que es perezosa y no da palo al agua.
Este jueves, deprisa y corriendo, llega la unificación tras la más que posible expulsión definitiva de Cristian, a pesar de que tanto Rocío como Fani, no dejan de hacerles ‘trajes’ a la luz de la luna y a la del sol, tanto a Nino como a Ferre. Da un poco de vergüenza como los despellejan.
Vamos a ver si la unificación incluye, como insinuaron, a los habitantes de Playa desvalida y entonces con Yiya y Pavón mano a mano, sigue manteniéndose Rocío Flores tan calmada o cambia su actitud. Pero aunque no sea así no cabe duda de que las tensiones surgirán con fuerza.