El coronavirus ha afectado a decenas de miles de personas en todo el mundo. Y su rápida extensión provocó la cancelación de eventos de todo tipo. En las últimas horas le ha tocado el turno a María Pombo, quien tuvo que posponer el festival que organiza, el Suave Fest, previsto para la última semana de marzo en Formigal, Huesca.
La influencer lamentó que cada media hora la llamasen para comunicarle que se anula o se pospone un trabajo. Mantuvo a sus usuarios en expectativa, en espera de una decisión sobre el evento. Pero al final, ha acabado comunicando en sus stories de Instagram que no quedaba otra posibilidad más que la suspensión del evento.
María ha reconocido que en un principio intentaba ser positiva y retrasar algo que sabía que iba suceder, por responsabilidad. “Quería esperar un milagro”, ha reconocido al explicarse, visiblemente entristecida. Pero eso no ha evitado que más de un hater la haya criticado.
“Espabila, hija mía, que es solo una fiesta”, le escribió un usuario. Fue entonces cuando Pombo dejó claro por qué se sentía mal. “Me vais a permitir, por una vez, salir triste en mis stories”, ha comenzado. Más allá de la amenaza del virus, a María le ha dolido porque “no es una simple fiesta de reggaetón”.
Pombo dejó claro que detrás de Suave Fest hay una inversión de un año de trabajo, esfuerzo y dinero. Y ha puntualizado que no es algo exclusivamente suyo: hay dinero de otras personas y familias detrás. “Estoy triste no solo por mi parte, sino por la de todos mis compañeros que han estado trabajando”, reconoció.