Isabel Rábago es una de las colaboradoras más controvertidas de televisión. Su participación en diferentes realities de la cadena y ocasionalmente como periodista del corazón ha ocupado horas durante muchos años pero… ¿Qué esconde la vida de esta cántabra? ¿Por qué es tan celosa de su intimidad cuando se metió en un reality y habla sin pudor de la de los demás? Te contamos todo.
Una chica de provincias
De Isabel Rábago sabemos que es asturiana porque se presentó a Miss España hace casi 30 años por esa comunidad. Ataviada con un traje típico regional, la periodista se movía por la pasarela con nula habilidad y su sonrisa dista mucho de las "carillas" que utiliza ahora. En una ocasión en Enemigos Íntimos, Isabel se dirigió a Belén Esteban para reprocharle que hubiera sacado su pasado como señorita España ya que ella lo hizo para ayudar a su padre.
Católica, nacionalista y posturista
Isabel, que estudió en una Universidad Pontificia, no ha dudado nunca en mostrar en redes sociales su ideología política basada en un catolicismo correcto, un nacionalismo exacerbado y un gusto por mostrarse en fotos postureando una vida feliz de mujer casada sin mostrar nunca a su marido, quien, por cierto trabajaba en La Fábrica de la Tele y ahora funge como redactor "raso" de la cadena
Periodista del corazón en muchos medios
No le gusta mucho a Isabel Rábago que se la trate como personaje del corazón y más ahora que ha fichado como cargo público para el Partido Popular. Sin embargo, la periodista quien empezó trabajando con Mandarina, con la que llegó a publicar un libro sobre la corrupción de Marbella con Santiago Botello, pasó antes por la cadena Telecorazón, producida enteramente por MediaPro, productora situada en la izquierda ideológica pero para la que Rábago no tuvo inconveniente en trabajar. De ahí sacó varias enemistades con personajes como Carlos Ferrando (quien criticó fuertemente su paso en la isla y la personalidad que él conoció en un pasado y que por respeto a la propia Isabel omitiremos por lo crudo de sus calificativos) y Aitor Trigos (a quien la propia Isabel criticó solapadamente en su Twitter cuando salió a contar su historia). Después colaboraría con Nieves Herrero y Cristina Lasvignes, pero no fue hasta su llegada a Telecinco cuando despuntaría como colaboradora estrella en Enemigos Íntimos, del que hablaremos después. Tras la cancelación del programa, Isabel estuvo en dique seco intentando llamar la atención en las redes sociales hasta que logró que la llamaran para Supervivientes donde será recordada como la persona que intentaba sacar los más oscuros secretos al resto de los participantes y con una estrategia bastante pobre, antigua y que, por supuesto, le salió mal. Tras ello, se dedicó a estudiar Derecho y colaborar puntualmente en los debates de Supervivientes y poquito más.
De enemiga íntima a… ¿amiga íntima?
Como ya hemos dicho antes, donde Isabel Rábago brillaba era en Enemigos Íntimos y no por sus dientes fluorescentes. Allí, sentada junto a Beatriz Trapote, se mostraba como la colaboradora más incisiva con los invitados y no se cortaba ni un pelo a la hora de hablar de la gente de Sálvame. Fue con Belén Esteban con quien tuvo sus mayores enfrentamientos, fruto de la experiencia documental que armó desde el desaparecido Tal Cual de Antena Tres, donde era la redactora jefe y sacaba muchas exclusivas ocultas sobre la de Paracuellos. Sorprende, que de un tiempo a esta parte, Isabel y Belén mantengan tan buena relación después de todo lo que se dijeron. Quizás el Partido Popular le ha prohibido atacar a su otra musa mediática, después de que ambas confesaran ser votantes del partido político más corrupto de la historia de la democracia.