Los restos mortales de Stephen Hawking, uno de los físicos más influyentes del siglo XX y XXI, descansarán a partir del próximo 31 de marzo en la abadía de Westminster, donde se encuentran también los cuerpos de científicos y físicos tan importantes para la Historia como Isaac Newton o Charles Darwin. La misa funeral se celebrará en la iglesia de Great St Mary’s, muy cerca de la facultad de Cambridge donde el científico impartió clases durante medio siglo.
Al funeral podrán asistir “familia, amigos y colegas”, según las palabras de sus hijos. Explicaban que se había elegido la ciudad de Cambridge para que Hawking descanse para siempre porque su padre “la amó” y él fue amado por ella. Miles de personas siguen hoy en día, una semana después de su muerte, firmando el libro de condolencias y expresando su dolor en Internet.
Stephen Hawking moría el pasado 14 de marzo mientras dormía en la misma ciudad donde será enterrado. “Tuvo una muerte plácida”, según el entorno familiar. Su salud se había visto mermada durante los últimos meses. Aportó a la ciencia un número indefinido de estudios, pero su pensamiento se centró en la investigación sobre los agujeros negros, intentando unificar las teorías de la relatividad y de la mecánica cuántica.
Vivió durante medio siglo con Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), diagnosticada cuando tenía 22 años y con dos supuestos años de vida por delante. Llevaba muchos años lastrado en una silla de ruedas y comunicándose por un sintetizador de voz.
