El presidente del Parlament, Roger Torrent, convocaba esta mañana el pleno de la sesión en la que Jordi Sànchez podría ser nombrado presidente de Cataluña. No obstante, el líder de la Asamblea Nacional Catalana (ANC) se encuentra en prisión desde el pasado noviembre por el desafío soberanista del pasado 1-O, cuando se realizó el referéndum ilegal.
Sin embargo, el político no cuenta con los apoyos suficientes (64 frente a 65 escaños), y está pendiente de que el juez le deje asistir al pleno el próximo lunes, aparte de para no lesionar “gravemente el derecho de Cataluña a su autonomía”. Por otra parte, Sànchez ha vuelto a solicitar al juez su puesta en libertad, apoyado por su abogado, que pide que se tomen medidas para, en caso de no salir en prisión, llevase a cabo unas medidas para que pueda ser nombrado presidente “para el normal funcionamiento de las instituciones catalanas del futuro ejecutivo”. Pone de manifiesto que ya no existe riesgo de fuga o de destrucción de pruebas.
Puigdemont, sin embargo, sigue huido en Bruselas, dando “un paso al lado” y renunciando, provisionalmente, a la presidencia de Cataluña.
