El error contable en el que incurrió el Servicio de Retribuciones en el abono de la productividad y la nocturnidad de los agentes de la Guardia Civil, durante 15 meses seguidos (entre abril de 2015 y junio de 2016), supuso un desajuste de las nóminas de los trabajadores durante ese periodo, percibiéndose en muchos casos cantidades de más, y en otros de menos.
Sin embargo, el enrevesado sistema por el que se calculan esos conceptos provocó que ni siquiera los propios agentes pudieran percibir el error, informa la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC).
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La AUGC ha solicitado, por escrito, a la Dirección General la celebración inmediata de un pleno extraordinario, para abordar la nefasta gestión de la crisis abierta por un grave error administrativo cometido entre 2015 y 2016, y que supone que más de 40 guardias civiles estén percibiendo en sus nóminas de enero una cantidad inferior a la habitual, en algunos casos de hasta mil euros.
La AUGC ha contactado con otras asociaciones profesionales con representación en el Consejo, con el fin de recabar su apoyo a esta iniciativa.
“Chapuza”
Para la asociación, “peor aún que esta chapuza, es la gestión que de sus consecuencias está haciendo la Dirección General. Porque lejos de consultar a las asociaciones profesionales, para encontrar juntos vías menos traumáticas para reparar el error (por ejemplo, con detracciones mensuales proporcionales de la cantidad total), la Dirección General ha preferido actuar con la prepotencia y brusquedad que la caracteriza, sin reparar en el extraordinario quebranto que iba a causar a docenas de miles de familias en un mes ya de por sí especialmente difícil para sus precarias economías”.
La consecuencia, informan, “es que los trabajadores están recibiendo estos días sus nóminas devaluadas con la sensación de angustia que les supone descubrir de pronto que han de afrontar el próximo mes con 200, 300, 400 o incluso 1 euros menos”.
Además de solicitar un pleno extraordinario, la asociación envió con anterioridad una carta al director, de la Dirección General, en la que se le traslada la “sorpresa e indignación” que está produciendo esta situación.
En este documento, la AUGC advierte al Director General de que, las consecuencias de esta situación desafortunada son varias. “Una, es que el sistema de productividad está en quiebra. Es, como hemos denunciado hasta la saciedad, un sistema opaco que no permite conocer con certeza la manera en que se produce la asignación de retribuciones y cómo se reparte el complemento. Otra consecuencia, no menos importante, es la absoluta desconfianza en el sistema, que con lo que ha sucedido se incrementa de manera exponencial”.