El ministro de Universidades, Joan Subirats, acompañado del secretario general de Universidades, José Manuel Pingarrón, ha presentado el nuevo documento de la Ley Orgánica del Sistema Universitario. Es el resultado de un proceso de escucha con representantes de todas las universidades públicas españolas, ya sean sus rectores o rectoras, como sus equipos, así como representantes del Personal de Administración y Servicios (PAS) y Personal Docente e Investigador (PDI), y con otros actores de la comunidad universitaria como sindicatos, estudiantado, las Defensorías Universitarias, los y las jóvenes investigadores, la red de bibliotecas, las gerencias de las universidades, consejos sociales, Federación Española de Municipios y Provincias o a los agentes del diálogo social, entre otros.
"La LOSU ofrece al sistema universitario las herramientas para adaptarse, y rápido, a los cambios sociales y económicos que se están produciendo" ha afirmado el ministro, Joan Subirats.
La nueva Ley Orgánica del Sistema Universitario plantea el compromiso de un gasto del 1% del PIB. Esto supone un avance en relación a los datos actuales de gasto que rondan el 0,7% de media del PIB después de una década en que las universidades se han visto afectadas por los recortes y políticas de austeridad producidas por la anterior crisis económica de 2008.
Este aumento va en la línea de lo ya acordado en la LOMLOE de un 5% del PIB de gasto en educación o el 1,25% que plantea la nueva Ley de Ciencia que está tramitándose en el Congreso de los Diputados. "No podemos pedirles esfuerzos a las universidades si no van acompañadas de financiación", ha afirmado el ministro en este aspecto.
El nuevo documento plantea numerosas medidas para la reducción de la precariedad en el conjunto del sistema universitario de forma que las universidades puedan abordar con garantías los retos que se avecinan de cara al futuro. Entre esas medidas se encuentran:
-Reducción de la temporalidad. El profesorado con contrato laboral temporal no podrá superar el 20% en efectivos de la plantilla de personal docente e investigador.
-Vías de entrada a la carrera académica para el profesorado que lleva años contratado bajo figuras no adecuadas (asociado, visitante u otras) y que han precarizado sus condiciones laborales haciendo real una reserva de plaza de hasta un 15%.
-Recuperación del valor original de la figura de profesor/a Asociado que aportarán sus conocimientos en aquellas materias en las que su experiencia profesional resulte relevante, con un máximo de 120h lectivas.
-Incorporación de la figura del profesorado sustituto cuya finalidad exclusiva es la de sustituir al PDI con derecho a reserva de puesto de trabajo que suspenda temporalmente sus servicios. De esta manera, se evita que las universidades se vean obligadas a recurrir a otras figuras, como la del Asociado.
Entre los principales cambios introducidos por el ministro Subirats se encuentra lo relativo a la formación a lo largo de la vida, es decir, hacer que las universidades estén dirigidas a todas las edades tal y como la Unión Europea y recientes estudios demográficos indican que sucederá en las próximas décadas. De esa necesidad de flexibilidad nace este paquete de medidas enfocadas a dotar a las universidades de las herramientas necesarias para los cambios sociales y económicos que se están produciendo.
Así, se determina que la formación a lo largo de la vida sea una función básica de la universidad. Se establecerán títulos propios de formación a lo largo de la vida mediante modalidades diversas, incluidas microcredenciales, microgrados y otros programas de corta duración y que podrán tener reconocimiento académico. Las administraciones públicas fomentarán programas de becas y ayudas a la formación a lo largo de la vida en el marco de las políticas de fomento de la movilidad internacional. "Necesitamos una universidad más flexible y adaptada a lo que demanda la ciudadanía y que sea para todas las edades", ha indicado el ministro.