A pesar de la lucha de los trabajodores y de los vecinos de la Mariña lucense, Alcoa ha confirmado que 524 trabajadores serán despedidos y, en medio de la polémica por el Estado de Alarma en Madrid, aumenta la presión sobre Pedro Sánchez para que intervenga la factoría.
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Alcoa ya ha comunicado, de manera oficial, a su plantilla que llevará a cabo el despido colectivo que afectará a un total de 524 trabajadores y procederá a hibernar las cubas de electrolitis (hecho que los trabajadores han querido evitar en todo momento) en la planta de aluminio que está ubicada en plena Mariña lucense, en San Ciprián, en Lugo. El anuncio se ha realizado tras la ruptura de la negociación con el Gobierno estatal para poder vender la fábrica a algún grupo interesado o a la propia SEPI (siglas de Sociedad Estatal de Participaciones Industriales”) por el valor de un euro.
El grupo calcula que la hibernación, en orden, de las mencionadas cubas terminará durante el primer trimestre del año 2021 y mantendrá en nómina a 99 trabajadores para que siga funcionando parte de la fundición.
Este anuncio de cierre, a pesar de las manifestaciones y concentraciones de los vecinos y trabajadores de la empresa, presiona todavía más al actual Gobierno, que estudia distintas iniciativas para poder tomar el control de la susodicha planta y evitar el gran impacto económico que podría implicar su clausula para la zona de la Mariña Lucense. Por el momento, en Galicia se ha creado un frente común formado por diversos partidos políticos para exigir al presidente, Pedro Sánchez, que tome el control de esta complicada situación.
El comunicado oficial emitido a la plantilla está firmado por Roy Harvey, presidente y consejero delegado de la multinacional Alcoa: “De acuerdo con lo que hemos compartido con las partes interesadas a lo largo de este proceso, la desafortunada realidad es que la planta de Aluminio de San Ciprián no es competitiva y no prevemos que cambien sus importantes problemas estructurales”. La sociedad ha calculado en cinco millones de dólares, al mes, las pérdidas que arrastran por mantener esta fábrica operativa.
El directivo explica en el comunicado: “Si bien hemos explorado distintas opciones en los últimos meses, la reestructuración es necesaria para detener las continuas pérdidas económicas. Entendemos que éste es un resultado difícil y estamos comprometidos en reducir el impacto en nuestros empleados a la vez que trabajamos conjuntamente en la reestructuración de la planta de manera segura y continuamos cumpliendo con todas las normativas”.
A lo largo de este año y hasta el pasado día 30 de septiembre, la planta de aluminio primario localizada en San Ciprián tuvo una pérdidas registradas de 45 millones de dólares. En los años 2018 y 2019, el total de pérdidas fue de 126 millones de dólares.
Alcoa pagará, como indemnización, 30 días por año trabajo con un máximo de doce meses a los empleados afectados. Además, contratará planes de recolocación para los susodichos.