Día de terremoto en Telecinco. Ana Rosa Quintana entrevistaba a Santiago Abascal, lider de VOX, en una entrevista excesivamente complaciente que no ha gustado nada a los espectadores. Por su parte, Risto Mejide se llevaba la reprimenda de la derecha por despedir a un colaborador en directo, el cual consideraba que había perdido el respeto a una parte de la población por un discurso "franquista". La guerra de productoras que mantienen ambos se conoce desde hace tiempo desde que el catalán denunciara la presencia de Javier Negre en los programas de la cadena.
La entrevista masaje de Santiago Abascal en la que critica tanto a la izquierda como al PP, al que define como derecha blandita
Si la cara es el espejo del alma, podemos asegurar que Ana Rosa Quintana ha entrado en éxtasis en su programa de T5. Y mira que lo tenía difícil, porque (con permiso de Susanna Griso, claro) la visita al taller del bótox la dejó con un rictus tan complicado como inexpresivo. Unos retoques estéticos escalofriantes que han encontrado antídoto: recibir a su ídolo, Santiago Abascal, y regalarle el enésimo masaje 'AR'. Quintana era, toda ella, gozo y alegría.
La moción de censura de VOX es el sueño húmedo del universo ultra. Un espejismo tan ridículo como peligroso, pero que hace volar a gente como Ana Rosa. Ella vive y trabaja con un único objetivo: hacer caer al gobierno e impulsar a la derecha carpetovetónica hasta La Moncloa. La suavidad de la presentadora con la extrema derecha es vergonzante pero no sorprende: se mueve bien en los lodazales, como ha demostrado en el caso de su marido extorsionador y las relaciones con Villarejo e Inda. Quizás no lo necesitaba, o sí, pero la red le ha hecho una cara nueva.
Risto Mejide despide a un colaborador en directo indignado por las palabras contra los catalanes
Cuando dejas al lobo vigilando a las cabras, probablemente se las acabe zampando. Pues cuando tienes como tertuliano a un descerebrado como el Dr. Alfonso Cabeza, pasa lo que pasa. El tertuliano de Todo es mentira perpetró el viernes, Diada de Catalunya, un miserable ataque contra los catalanes, a los que él, si hubiera podido, hubiera exterminado. Borrados del mapa de un plumazo. Afortunadamente, la perpetuación de los catalanes no depende de energúmenos como él, que dijo en directo, sin despeinarse: "la culpa de toda esta gente que no está muy bien de arriba, la tiene un personaje que fue Franco… que tenía que haber aprobado la ley del aborto en el año 50 y no hubiera nacido tanto hijo de… ".
El viernes no presentaba Risto Mejide el programa. Su equipo sí. Y se produjo un segundo de silencio después de oír la barbaridad de este doctor. Pero quien no ha callado ha sido el presentador titular este lunes. El último tema que han tratado ha sido la famosa foto con muchos alpinistas haciendo cola en la Pica d'Estats de este fin de semana. Aprovechando la ocasión, y antes de despedir el programa, Risto se pone serio: "Tenemos que acabar, però ahora que veíamos la Pica d'Estats, dejadme decir solo una cosa: yo estaba viendo el viernes el programa desde casa, y me dolió muchísimo que un colaborador, al que no voy a nombrar porque no está delante dijese algo inaceptable sobre cualquier comunidad autónoma, pero es que encima lo dijo sobre el lugar donde yo vivo, el lugar de donde yo soy, de donde mi familia es, etcétera".
Risto, visiblemente enfadado, ha sido demoledor: "Yo he pedido que ese colaborador no vuelva. No voy a hacer más espectáculo de esto, no voy a invitarlo aquí para afeárselo y tal. Volverá el día que pida perdón por esas palabras que dirigió a los catalanes, absolutamente desafortunadas e inaceptables en ningún programa de televisión. Lo siento mucho… es lo que tiene tener principios". Bravo por Risto. Pero que sepa que el perdón que nos pueda dar este personaje abyecto a los catalanes es papel mojado. Ni necesitamos su perdón, ni nos lo creeremos, si es que llega. Por eso le aconsejamos a Risto que no haría falta llegar a estos extremos si directamente no le dieran voz y voto a impresentables con un largo historial de polémicas a la espalda.