Mensajeros por la Paz, ONG fundada y presidida por el padre Ángel, ha creado por sí mismos una nueva residencia de mayores en Suances en la que darán cabida unicamente a personas con coronavirus con sintomatología leve y que no requieran hospitalización con el objetivo de cuidarlos. Se trata de un bloque de 98 plazas, con instalaciones modernas y adaptadas y con asistencia médica las 24 horas. Una medida organizada por el sacerdote que no ha sentado nada bien a la Comunidad de Madrid y a su presidenta Isabel Díaz Ayuso.
Ayudar a los necesitados uniendo personas en solidaridad
En declaraciones a El Plural, el padre Ángel se ha mostrado positivo ante la creación de este lugar y ha dicho que "estamos viviendo un momento en el que tenemos que pensar en tener centros o residencias para este tipo de enfermos, porque el coronavirus es una enfermedad, no un estado de estar", por eso "hay que hacer clínicas pequeñas en las que sea el trato más personalizado. Creo que es una revolución entera la que tenemos que hacer".
El párroco de la madrileña Iglesia de San Antón y rostro querido de la pequeña pantalla cree que este nuevo modelo podrá ayudar a paliar los efectos de la actual contingencia mundial y, en este sentido, añora su infancia: "Cuando yo era niño, en aquellos años habían hecho hospitales para la tuberculosis, porque era una enfermedad muy presente. Y esto salvó muchas vidas, por eso hoy se debe hacer con este tipo de enfermedades".
Un proyecto ejemplar que no gusta a sectores de la derecha
Este es un desarrollo que, para el padre Ángel, debería aplicarse a todo el país, motivo por el que se ha puesto en contacto con los consejeros de bienestar social de diferentes comunidades autonómicas, como la Comunidad de Madrid, región en la que se han situado las residencias más afectadas por el paso de la pandemia y cuyas culpas se trasladan de un lado a otro. "He hablado con ellos para decirles cómo debemos dialogar y estudiar para que alguna de las residencias actuales se especialice y no se centren solo en la creación de esos grandes hospitales, como el de Ifema, que son necesarios, pero lo otro también", desarrolla el sacerdote.
Y es que apostar por un modelo alternativo a la privatización del sector de las residencias de personas mayores ha trastocado los intereses de algunos. Y así, hemos visto casos como la catástrofe en la residencia de Tomelloso dirigida con ineptitud con un colocado a dedo de jefe de información en los serviciós informativos de Castilla La Mancha cuando gobernaba allí María Dolores de Cospedal. Más de diez ancianos perdieron la vida por una nula gestión de un personaje que se vió acorralado cuando empezó a echar la culpa a la Junta de Castilla La Mancha y esta le rebatió con datos, haciéndose cargo de la gestión del centro ante la inutilidad de su director.
Díaz Ayuso: "IFEMA sí, otros experimentos no"
En un tiempo donde las residencias de mayores se han convertido en lugares sensibles de contagio por todo el panorama nacional, el padre Ángel muestra su honestidad al respecto y confirma que "estamos en una situación de residencias muy preocupante y penosa, porque se han convertido en cárceles: no se puede salir, entrar, hay que pedir permiso para las visitas… a mí me duele en el alma esto".
Quizás por esto ha decidido a apelar a la unión y solidaridad política para que "en lugar de discutir tanto en la Asamblea y en el Congreso y de tirarse los trastos unos a otros, deberían dialogar con los que llevamos residencias y los familiares de los residentes porque somos los que de verdad sabemos" y concluye: "Se han enviado decenas de protocolos durante la pandemia, tanto que al final la burocracia se ha convertido en el enemigo, ahora hacemos más papeles que damos pastillas en las residencias".
Su mensaje de unión ha calado poco en la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, quien, a pesar de que apoya el proyecto no quiere echar al traste los intereses de empresarios que manejan estas residencias. Por otro lado, gracias a sus declaraciones el Padre Ángel ha recibido fuertes críticas por varios sectores de la derecha por no plegarse a sus ideales. Mundo de locos.