La Oficina Central Nacional de INTERPOL, en coordinación con la Secretaria General de la OIPC-INTERPOL, ha reunido, del 6 al 8, en la sede de la División de Cooperación Internacional de la Policía Nacional, a 60 especialistas de 26 países de Europa, Asia y Oceanía, en la V Reunión del Grupo de Trabajo Euroasiático para Jefes de Unidades de Cibercrimen, especializadas en la lucha contra los ataques a través de la Red, para compartir los esfuerzos que se realizan en la lucha contra la ciberdelincuencia y, en particular, evaluar la respuesta global al reciente ataque de WannaCry.
Centro Mundial para la Innovación
A estas sesiones ha asistido una importante representación del Centro Mundial para la Innovación de INTERPOL, con sede en Singapur, encabezada por su director ejecutivo y por el responsable de la Dirección de Cibercrimen. Este centro mundial, inaugurado hace tres años, es uno de los ejes centrales de INTERPOL para desarrollar estrategias eficaces en la lucha contra este tipo de delincuencia y garantizar la seguridad frente a ataques cibernéticos. Además, este encuentro ha contado con la participación de un representante del Instituto Nacional de Ciberseguridad de España (INCIBE).
Tendencias criminales y nuevas amenazas
El grupo de jefes de unidades de cibercrimen se reúne anualmente para tratar tendencias criminales y nuevas amenazas, en un foro de intercambio de información y buenas prácticas que fortalecen la lucha policial en las redes. Otro de los objetivos es fomentar el desarrollo de estrategias a largo plazo, y servir de medio para proyectos o herramientas que ayuden en la investigación del cibercrimen o en el análisis de las evidencias digitales.
Durante la reunión se ha abordado de forma particular las características sobre el ataque del virus informático tipo ransomware, conocido como WannaCry, que ha afectado entre otros a nuestro país, y las posibles respuestas a las demandas de rescate, por medio de pagos en bitcoins.
Fraude del CEO
Asimismo, se ha establecido una imagen global del problema que supone el denominado ‘fraude del CEO’ (correo empresarial comprometido), en el que por medio de un malware monitorizan el correo de la víctima, aprovechando los momentos de realizar pagos para desviar los fondos hacia cuentas de la organización criminal. La investigación de esta modalidad criminal requiere de la cooperación y coordinación entre las fuerzas de seguridad internacionales, donde INTERPOL tiene un papel fundamental.