El Consejo de la Juventud de España presenta los útimos datos vertidos por el Observatorio de Emancipación Juvenil – OBJOVEM – . Un informe donde hace referencia al acceso a la vivienda, en concreto en la dificultad a su acceso para las personas jóvenes. Y es que, en base a los datos del segundo semestre de 2018, muestra que la opción más elegida por la juventud a la hora de emanciparse es el alquiler.
Sin embargo, una persona joven que quisiera acceder a una vivienda en alquiler en solitario, de media debería destinar más del 90% de su salario. Así, en dos comunidades, el País Vasco y Cantabria, menos del 16% de las personas de 16 a 29 años estaban emancipadas a finales de 2018. A la cabeza se encontraban Cataluña e Islas Baleares, pero también con valores muy inferiores a los que registraron en 2008.
AUMENTA LA TASA DE EMPLEO… ¿PRECARIO?
Islas Baleares es un ejemplo paradigmático. Porque la tasa de emancipación residencial de la población joven cayó más de doce puntos porcentuales, del 35,6% al actual 22,8%. Por eso es comprensible que la juventud seleccione a la hora de emanciparse el alquiler. A pesar de todo es una opción a la que los y las jóvenes deberían de media reservar el 91,2% de su salario en el cuarto trimestre de 2018.
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Tal y como expone el experto Joffre López, por un lado, estos datos se deben principalmente a "una tormenta perfecta, que no es nueva ni atípica, entre las precarias condiciones económicas y el recurso al mercado libre como vía hegemónica de acceso a la vivienda".
Por otro, el presidente del Consejo de la Juventud, Manuel Ramos, señala que "es imprescindible eliminar las herramientas de precarización de la juventud que existen actualmente tales como las prácticas extracurriculares, la concatenación de becas y unos salarios que impiden desarrollar un proyecto de vida".
Así, se observa, un auge del empleo, de modo que en el cuarto trimestre de 2018 el 40,7% de los y las jóvenes estaba trabajando, la máxima cota desde 2012. En este sentido, la creación de empleo fue incluso más intensa entre la población de 16 a 29 años que en los demás grupos de edad (30-34 años y más de 34 años). Sin embargo, estas cifras esconcen elevadas tasas de precariedad ya que la temporalidad entre la población de 16 a 29 años sigue siendo abrumadora
