El Govern se ha osmetido a su primera sesión de control en el Parlament de Cataluña desde su constitución, el pasado mayo. En esta sesión se ha podido evidenciar la fractura más que evidente que existe entre los dos grandes partidos independentistas, JxCAT y ERC. En su intervención el presidente de Ctaluña, Quim Torra, ha invitado a su principal socio que recuperen el "espíritu de desobediencia del 1-O y el 27-O" -el referéndum ilegal de autodeterminación y la fallida declaración de independencia de Cataluña-.
Torra ha resaltado que es necesaria "la unidad del independentismo" para reaccionar contra "las amenazas del Estado" porque "somos menos fuertes que ayer". Aludiendo a las palabras del vicepresidente catalán, Pere Aragonés, ha recordado que necesitan "concreción, eviar un mensaje claro".
Además, ha criticado al presidente Pedro Sánchez y ha asegurado que "su crédito se ha acabado". "Las decisiones del Gobienro me hacen pensar que nuestra reunión en La Moncloa se resume en una foto", ha lamentado el dirigente catalán. Además, ha vuelto a insistir en el ultimátum que dio al Ejecutivo la semana pasada, y le ha recordado que antes de noviembre tiene que tener una oferta para ejercer la autodeterminación.
El presidente de Cataluña tampoco ha denunciado el trabajo de los Comités de Defensa de la República (CDR). "No la criminalizaré (…). Tienen derecho a continuar con su proyecto político", ha asegurado.