El lunes, 20, se quitaba la vida, en Toledo, un guardia civil. Se trataba del quinto suicidio de un trabajador del Cuerpo en lo que va de año. La AUGC, que viene denunciando desde hace años este gran drama oculto en la Guardia Civil, “ha puesto en marcha una campaña institucional para abordar este problema, sin tratar de buscar culpables, sino de encontrar soluciones”.
La asociación informa, de que, “ayer se mantuvo un primer encuentro con el Grupo Parlamentario Popular, al que se le transmitió la necesidad de estudiar el problema, a través de una comisión multidisciplinar, no solo con los mecanismos internos de la Guardia Civil, sino con la participación de los representantes parlamentarios, la propia DGGC, técnicos especializados y asociaciones profesionales, para lograr establecer un método de trabajo que consiga paliar este problema de salud pública”.
Toledo: Drama sobre drama
La AUGC cuenta que “en el último suceso acaecido en Toledo (el suicidio de un compañero) se da, además, la circunstancia de que en esta Comandancia aún sigue sin ocuparse la plaza de psicólogo, que quedó vacante después de que el capitán que la ocupaba también decidiera quitarse la vida, en mayo de 2016. Desde entonces, el servicio de psicología en Toledo se presta, únicamente, cuando el psicólogo es citado, desde la Dirección General, con sede en Madrid”.
Para la asociación “se trata de un problema al que no son ajenas otras provincias. En Castilla-La Mancha, carecen de servicio de psicología, y las provincias de Cuenca y Ciudad Real son asistidas por los de otras limítrofes”.
“Con las aciaga estadística de un suicidio cada veintiséis días, en la Guardia Civil entendemos que la labor especializada de un servicio de psicología ha de ser permanente y estable en cada provincia, y deben promoverse cambios para que este servicio sea proporcionado por especialistas no militares, ajenos a la cadena de mando y al principio de jerarquía”.