El primer juicio de bebés robados en España ha quedado suspendido un día después de haber comenzado. El principal acusado en el caso, el doctor retirado Eduardo Vela, ingresó ayer en las Urgencias de un hospital madrileño, por lo que la presidenta de la Audiencia Provincial de Madrid ha decidido retrasar el pleito hasta que se esclarezcan los motivos por los que el médico se encuentra ingresado.
La defensa del doctor Vela ha pedido que no se siga con el juicio sin que su cliente esté presente en la sala, pese a que declaró en la mañana del pasado martes. Contestó a las preguntas de la Fiscalía y la juez en un aparentemente frágil estado de salud, con voz entrecortada y débil, en silla de ruedas y con lagunas en su testimonio. "No recuerdo", confesó hasta en 10 ocasiones. El médico incurrió en continuas contradicciones, pero siempre defendió que no traficó con recién nacidos. "Yo no he robado bebés", aseguró en varias ocasiones. El juicio iba a cerrarse hoy para dictar una sentencia, con una última intervención de Vela.
El abogado de Eduardo Vela ha pedido varias veces que se suspenda el juicio por la delicada salud de la que goza el doctor. No obstante, le ha sido denegada dicha petición porque "no está justificada". Inés Madrigal, una de los más de 300 niños robado que se estiman que se dieron entre 1960 y 1990, ha sido la primera mujer en sentar en el banquillo de los acusados a uno de los principales líderes de la trama. La Justicia consideró que su caso "tenía una consistencia muy sólida".
