Uno de los cinco miembros de “La Manada” tuvo un altercado con un preso de la cárcel de Pamplona condenado por abuso sexual. Hace unos meses, un joven musulmán ingresó en la misma prisión que Ángel Boza, de 26 años. Recibió a los pocos días una paliza por parte de Boza y de otros internos por haber abusado sexualmente de una joven en un bar.
Fue por esto que los funcionarios de prisión tuvieron que cambiar del módulo 3 al 4 a Boza. Según su abogado, Agustín Martínez Becerra, “él no tenía nada que ver, pero estaba por allí y lo metieron dentro de la investigación”. No obstante, cuando salió la sentencia el pasado 26 de abril, el condenado por el mismo delito que el joven musulmán pidió medidas cautelares. Estas, que se le fueron concedidas, le permitieron no salir al patio para no coincidir con el resto de presos y sufrir, con total seguridad, la misma agresión que él mismo propinó hace unos meses al joven.
Desde entonces, permanece aislado en su celda del módulo 4. No consta que haya tenido contacto con sus amigos de “La Manada”. Ángel Boza era conocido en el grupo como “el aspirante”, pues fue el último en unirse a la pandilla. Según las pruebas recogidas, no habría formado parte de la presunta violación de Pozoblanco a otra joven dos meses antes del abuso sexual cometido en los sanfermines de 2016.