A Samuel Vázquez le importa su responsabilidad de policía nacional, la seguridad y la eficacia; lucha por ‘Una Policía para el siglo XXI’, a través de la plataforma on line, ‘Cambio de modelo’ a la que, en días, se han sumado 7 profesionales voluntarios, para trabajar en mejorar lo que los mismos funcionarios califican de desastre nacional.
En el documento que ha elaborado Vázquez resume, en 27 páginas, las deficiencias en las que se empecinan los diferentes cuerpos policiales, “por una cuestión política y de egos”, dice. Miembro del Grupo Operativo de Respuesta de la Policía Nacional (GOR), con una experiencia de 13 años, hace deducir que el sentido común es el menor de los sentidos que aplican los responsables de los distintos cuerpos policiales en España, aplaudidos por el Gobierno.
Propuesta que saca los colores
Su propuesta de ‘Policía para el siglo XXI’, hace un repaso a la situación y a los vicios en los que subsisten las policías locales, autonómicas y de ámbito nacional. Muestra ejemplos y da soluciones, que parecen obvias. Por ejemplo, en ‘El coste de la política’, señala que, “en España hay casi el doble de policías que en EE UU, porque los cuerpos policiales comparten todo tipo de competencias, para las que duplican el número de personas, estructuras y logística, que conllevan un gasto millonario”.
Llamadas
Recuerda Samuel Vázquez que, en el resto de países hay un solo número de teléfono para avisar de las incidencias, mientras que en España están el 092, 1-1-2, 091 y 060. “El triple de gasto. ¿El triple de eficacia? No, mitad de eficacia. Esto no ocurre en ningún país avanzado de nuestro entorno”.
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Suministros
Cuando Vázquez afronta el tema de los suministros, alude a que, “cada administración y cada cuerpo policial, realizan sus contrataciones de manera autónoma. Esto, por sí solo, ya supone un sobrecoste carísimo”.
Sin formación
“La falta de formación específica en la Escala de Mando, sin ninguna especialidad en las materias sobre las que tienen que tomar decisiones, hace que todavía no se haya implementado un sistema tan sencillo de compra de vehículos como el ‘construido a propósito’ (purpose built)”.
Comprar a lo loco
Aquí, “se compran vehículos comerciales y luego se convierten en policiales: unos pintan el vehículo, otros ponen la mampara interior, otros introducen la lámina de acero antibalas… Los coches se estropean muy rápido y con mucha facilidad. Uno de los máximos responsables del gasto de millones de euros, ni siquiera se había preocupado de ver cómo se hace en otros países”.
Ausencia de la sociedad
El autor de la propuesta de cambio, señala que, “uno de los grandes problemas del sistema de organización, es la ausencia absoluta de implicación de la sociedad civil en el trabajo policial”, y menciona los casos de Reino Unido (neighborhood watch), EE UU (town watch) y Canadá (Block Parent Program). “En España no existe ninguna estructura ni siquiera parecida, ni personal voluntario”.
Trabajo policial
“Hay que añadir otra anomalía a la ausencia de personal civil voluntario, continúa Vázquez; en las diversas policías (local, autonómica y estatal) existen miles de puestos de secretario y administrativo, que no son realizados por trabajadores especializados contratados, sino por policías jóvenes y muchos no han hecho otra cosa, desde que juraron el cargo, que labores de secretaría”.
Volver a casa
Para Samuel Vázquez, “es muy difícil encontrar ningún tipo de implicación en un policía, cuando está pensando sólo en volver a su tierra y en el último día del ciclo de trabajo, a partir de las tres de la mañana, evita hacer detenidos porque ya tiene el billete de AVE sacado. Por otro lado ningún mando policial llega nunca a sentirse parte de lo que defiende, en tanto en cuanto en unos años ya no estará destinado allí”.
A dedo
En el informe se lee: “Si hay algo que funciona mal en la Policía española es el sistema de selección y ascensos, que termina generalmente con los menos capacitados en lo más alto de la pirámide jerárquica. El 90% de los puestos de trabajo que se adjudican en la Policía se hacen a dedo, sin ningún concurso de méritos”.